Salida en colaboración con Centro Termolúdico de Cascante

El Centro Termolúdico de Cascante, organiza una ruta en bici para la que nos ha pedido colaboración como guías de la misma.

El próximo 14 de Abril, cualquier aficionado, está invitado a rodar junto a nosotros en una ruta divertida y que nos llevará hasta uno de los puntos con mejor visibilidad de la Bardena: El Balcón de Pilatos (si no lo conoces, llevte la cámara compacta de fotos).

Os dejamos el cartel anunciador y esperamos poder rodar junto a vosotros.

karrikiri btt

DOMINGO 13 DE ENERO. SALIDA PROMESAS.

LLegó el domingo y aunque hacia frió  cogí la bici con muchas ganas, ya que ademas, estrenaba por fin la equitación del club.
Nos reunimos en el parque bastante gente al tratarse de un dia promesas y esos dias siempre hay buen ambiente. Se presentaron Arancha, Sara, Merche, Samuel, Roberto, Juan Carlos, Feliciano, Cesar, Enrique, Dani, Javi Guillermo y yo (Diego).
Hoy los acompañantes de los promesas éramos Guillermo y yo, así que como era la primera vez que se me encomendaba tan importante tarea, me fije bien como se lo curraba Guillermo, que es todo un experto.
La salida de hoy consistía en ir al Bocal, Cabanillas y …
Cogimos el tarazonica dirección a Tudela y al llegar al canal, continuamos junto a el hasta Fontellas. A primera hora no hacia mucho aire, pero al ir llaneando las manos no me entraban en calor.
Bajanos al bocal y la presa estaba desbordada por el agua, asi que continuamos junto al Ebro hasta el puente de Ribaforada.
Seguimos por un camino paralelo a la carretera y al llegar a Fustiñana la gente tenia ganas de un cafecico caliente. Después de probar en varios bares, terminamos en el Bozal, donde nos calentamos con un cafe y algunos con unos buenos bocatas.
Despues, echamos unas foticos y nos pusimos en marcha ya que muchos tenían ganas de zurrarle un poco. Enseguida la manada Karrikiri salio en estampida y nos quedamos Sara, Arantxa, Merche, Guillermo y yo. Pienso que Javi al estar cerca de casa, no le dio reparo irse con los fuertes a exprimirse un poco.
En Cabanillas tomamos el camino que sube a la cuesta del Hierro por el otro lado y antes de el ultimo repecho, tomamos un camino hacia los molinos de Cabanillas.
En estos momentos Arancha no se encuentra muy bien porque tiene unas molestias en el costado. Cualquiera se habría rendido, pero como es una campeona siguió pa´ lante, doliendo mas que la tendríamos que esperar, que el propio dolor.
Los molinos giraban a toda pastilla porque el aire habia ido a mas y tuvimos que agarrar bien el manillar para realizar la bajada del monte. Luego por camino fuimos a Tudela y yo me quede limpiando la bici que ya le hacia falta.
Al final 50 Km para los promesas porque los demas no se como acabaron. Asi que ya sabeis, si alguno de los que salio se anime a contar el otro final y así me entero.

Crónica: Bardena negra con los promesas.

El objetivo de esta temporada para nuestros «promesas» era claro:

Que terminen la cicloturista de Cintruénigo sin morir en el intento.

Para ello, las salidas han tenido una progresión tanto en dureza como en distancia y hoy era el examen final.

Hace unos días, les mandé un e-mail, indicando que sería bueno que trajesen barritas, bebida isotónica… y

algun@ respondió haciéndome  ver que más que animarles, les estaba acoHonando…

Bueno… mejor ir preparad@s mentalmente, no? pues eso.

En el parque nos congregamos:

Guillermo, Dani, Chelu, Marta B., Roberto, Juan Carlos, Andrés A., Cesar A., Arancha, Merche, Sara, Diana, Inés M., David, Lorena, Germán y yo (Iñaki)

Perdonad si se me ha olvidado algun@, pero esto parecen ejercicios mentales para recordar a todos…

Al llegar a Tudela, nos esperaba David, alque ya conocemos por acompañarnos un par, o tres, veces, que bien que la gente repita…

Atravesamos Tudela, algo tarde, y llegamos al puente del Ebro donde Inés había quedado con un compañero suyo y yo con Billy, que nos escribió un comentario en la web, pero… porque no ha podido venir, o porque nosotros llegamos tarde… no está. Otra vez será…

Vamos en dirección al hotel «Aire de Bardenas» por una pista ancha, que poco a poco, estrecha y  alinea junto a la carretera de, Ejea de los caballeros.

Camino a veces, sendero otras, está plagado de toboganes en los que alguna afina la garganta a grito pelado, con cada bajada repentina…jijiji (que potencia vocal tiene la chica…).

Continuamos, para cruzar la carretera , y dejar a nuestra izquierda el camino que conduce al «Balcón de Pilatos».

Nosotros seguimos tobogán arriba y abajo, amenizados por la soprano que nos acompaña.

Hay que decir, que era la primera vez que metíamos a «l@s promesas» en terreno técnico, y que pese a las dificultades intrínsecas de la ruta,  salieron tod@s, con una nota muy alta de las trialeras, terraplenes y toboganes a los que los enfrentamos.

En un momento dado, Diana, me comenta:

-«Es que en ese escalón, la bici no cabía…» jijiji

Terminamos la zona de trialeras y cruzamos la carretera.

Frente a nosotros, el desafío del día: «La plana de la negra».

Nuestr@s inocentes acompañantes, a pesar de temerse algo así, no saben a donde van exactamente y no ven la cuesta que cruza la meseta en diagonal y que es perfectamente visible desde donde paramos a reponer fuerzas.

 

 

 

 

 

 

 

 

Antes de llegar, les indicamos lo que hay para que no les pille de sorpresa.

Comienza la ascensión y cada uno sube como puede, pero ya lo decía Samuel:

Un Karrikiri no se rinde nunca, si es necesario pedalea con las manos!!!!«

Por cierto, donde estaría Samuel… (dicen que lo han visto por la calle Laurel de Logroño… aunque solo son rumores…).

Arriba, todo el mundo llega sin bajarse de la bici (magnífico!!!!!).

Emprendemos la bajada, tras la que volvemos a subir por un terreno rompe piernas. Es en esta zona donde algun@ se empeña en inspeccionar los distintos tipos de rocas del suelo y por varias ocasiones, descabalga de su montura para verlas de cerca. Eso sí, la forma de bajarse de la bici es un poco… brusca y acompañada del consiguiente grito… menos mal que debe ser de cuerpo duro, porque se levantaba como si nada y no se le oyó quejarse (es que estas Karrikiris son mas valientes que los Legionarios…)

Posteriormente unos cuantos de los experimentados, también acabarían por los suelos o tatuándose un pedal en la rodilla a base de «impresión por impacto».

Llegamos a los sembrados y los atravesamos por la zona donde están las marcas; para no fastidiar el ralo y poco espeso cultivo que algún agricultor aun se empeña en cultivar allí.

Vamos vigilando las caras de «l@s promesas», porque ahora ya han hecho más desgaste y este terreno va mermando fuerzas.

Descendemos por unos cañones, de tonos ocres que no se sabe si te trasladan a Arizona, Marte o directamente a  la propia «Bardena negra», a la que pertenecen, pero parece increible que semejante paisaje tan árido, pueda acaparar una cantidad de belleza tal, sin necesidad de vegetación, agua o más elementos que lo adornen.

Saliendo del último cañón, nos detenemos para que se repongan las fuerzas. aun queda distancia hasta casa y no es cuestión de que pasado lo mas duro, se nos quede la gente tirada por una bajada da glucosa.

Reemprendemos la marcha y el camino se va haciendo mejor, más ancho y con menos curvas. Todo ello unido a que vamos bajando, permite descansar, rodar más rápido y ver que las caras de algun@s, antes rojas, se relajen y vuelvan a tornarse de su color habitual.

Alcanzamos la carretera de Tauste y la atravesamos para rodar por el camino que discurre junto al canal.

Llegados a un punto, el camino atraviesa un hilo de agua (no llega a río) y desmontamos para atravesarlo.

Alzanzo la otra orilla, y ayudo a pasar una bici, una persona, otra bici… y así van pasando unos y otr@s…

El ultimo es Chelu y yo, como buen compañero, me dispongo a ayudarle pero él  me tenía reservada una sorpresa digna de las mejores películas de Kung Fú (habeis visto Tigre y Dragón…?).

Paso su bici y le doy la mano para que salte, pero para cuando me quiero dar cuenta, desata su famosísimo ataque de cabeza y la emprende a cabezazos contra mi en pleno vuelo, haciendo un picado en el que deja caer sus mas de cien kilos sobre mi… (que de suerte llevaba casco, porque si no lo cuento… vamos…).

Por todo lo cual digo: Somos Karrikiris , SI, una raza de toro, VALE… PERO NO HAY QUE TOMARSE LAS COSAS TAN AL PIE DE LA LETRA HOMBREEEE… (que después de dos spidifen, aun no soy persona…jijiji).

Seguimos el camino para pasar por debajo de Fustiñana y llegar a la rotonda en que empieza la carretera que va a Cabanillas.

No sabemos como estará la presa del Bocal y si se podrá pasar por encima, así que optamos por acercarnos hacia Ribaforada y empalmar con el camino que hay junto al otro canal y que nos dejará en el puente de entrada del Bocal.

Salimos de allí para meternos por una pista, en la que el viento nos da de frente.

Los kilómetros ya pesan en las piernas de algun@s, pero increiblemente continúan sin desfallecer.

Aparecemos en el puente de la Azucarera (el que da a la rotonda de Sabeco, Simply o como le quieran llamar ahora…) y atravesamos Tudela (de forma poco ortodoxa…….), para pasar por la plaza nueva, el paseo del Queiles y el víal.

Llegamos a Murchante tras 70 kilómetros de buena compañía, bonita ruta (y algún que otro grito agudo…jejeje).

Por tanto podemos certificar que nuestras promesas, están perfectamente preparadas para la cicloturista de Cintruénigo.

P.D: ACORDAOS DE QUE ESTA SEMANA SIN FALTA; QUIENES QUERAIS APUNTAROS, DEBEIS DE INGRESAR EL DINERO EN LA CUENTA DEL CLUB. EL JUEVES SE REALIZARÁN LAS INSCRIPCIONES (17€ federados y 20€ los NO federados).

Recordaros también, que este próximo fin de semana, vamos a Pamplona a la «Sierras de la comarca«. Fermín está preparando comida en su sociedad tanto para los participantes, como para acompañantes, por loq ue quienes os animeis a ir, decídnoslo cuanto antes proque hay que comprar comida y demás… POR FAVOR NO LO DEJEIS PARA ULTIMA HORA.

Próximo domingo 22 de Abril: Adelantamos hoario de salida

Este domingo y como reza nuestro calendario, es «día promesas» y por tanto esperamos que nos acompañeis más que cualquier otro fin de semana, dado que la ruta se ha diseñado pensando en vosotr@s.

La salida será a las 8:30 y NO a las 9:00 debido a una sorpresita que os tenemos reservada (NO, no son más cuestas ni cosas por el estilo malpensad@s…jejeje).

EL calendario avanza y empieza a ser época de cosas chulas y desafíos interesantes, no dejeis de acudir o MAS ADELANTE, os arreentireis…

Nos vemos el domingo a las 8:30 en el parque

Crónica: El Buste en plena Siberia (por el peludo)

Como anunciaba el calendario, hoy tocaba ascender el Buste por una cuesta mítica: «el peludo».

A las ocho  de la mañana salgo a mi jardín para ver que día nos esperaba. Duro poco menos de 3 segundos fuera. MADRE QUE FRÍO!!!

Saco el arsenal pesado contra el frío, mientras pienso en la poca concurrencia que tendrá la ruta de hoy, sobre todo, entre «los promesas» (hombre de poca fe, dirá algun@…y con razón).

Nada más salir de casa, el frío me golpea como si dos bofetadas me dieran en la cara… menos mal que no hace viento.

Llego al parque y no hay nadie.

Miro la temperatura que marca el cuenta kilómetros y me ofrece un -3º (…a ver si voy a salir solo…).

Ya dicen que Diós los cría y ellos se juntan… y está claro que hay mucho «taladrao», porque pese a la mañanita ha empezado a acudir gente como si repartiesen churros con chocolate.

Una vez llegados tod@s, y si no se me olvida nadie salíamos:

Guillermo, Marta Bonilla, Feliciano,Juan Carlos, Chelu, Samuel (con un pedazo bollo de desayuno que parecía una rueda de carro…), Enrique, Toñín, Isabel, Marta Gárriz, Arancha, Cope, Bautista,  Cesar, Eduardo y yo (Iñaki).

No habíamos avanzado más de 20 metros cuando veo un biker, de frente que viene en sentido contrario, mientras entre nosotros empezamos a decir ¿Quien es ese? Pues no se… ¿Ni idea? a lo que digo: Irreconocible!!!!

Sería la niebla, la falta de costumbre o el frío que no reconocía a mi padre tapado hasta las cejas (y no es una forma de hablar), que por fín y tras un año resistiéndose, volvía a probar una ruta con el grupo (en su favor diremos que la del año pasado…fue de órdago…).

Ahora sí que estábamos todos, así que reemprendemos la salida.

Dos cientos  metros más adelante, oigo a Chelu, desde atrás, llamarme a voces. Doy la vuelta y le veo junto a Marta Gárriz.

-«¿Tienes bomba de inflar de válvula gorda?»

-«Aquí hay de todo…»

Un minuto después y con la rueda de Marta más presentable, volvíamos a montar sobre la bici.

La niebla cerrada, no permitía grandes alardes visuales y al llegar a la salida del pueblo, no veíamos si el resto del grupo había ido por la carretera o por el camino de la estación hasta llegar al Saso.

Pienso: «Si han ido por carretera irán lentos, a ritmo del más lento, mientras que si van por camino, el trayecto es un poco más largo».

-«Vamos por carretera hasta el cruce y si metemos un poco de ritmo, les alcanzamos seguro».

En pocos minutos estábamos en el camino del Saso, y al no ver a nadie paramos para llamar por teléfono. Casualidad, antes de marcar, vemos detrás nuestra un montón de gente aproximándose. Son ellos!!.

Ya reunidos, rodamos a ritmo muy suave, a fin de que todo el mundo se sienta cómodo (y que no nos diera mucho el frío aire que se gastaba el día).

Así, relajados y charlando, pasamos ante las vacas de Arriazu, la puerta del Pago de Cirsus y nos encaramos hacia el Buste.

Llegados a la primera subidica, el grupo se estira, aunque culminando en el punto más alto, esperamos para reunirnos todos.

Caras de frío, que si a un@ le duelen los dedos de los pies, a otro los dedos y el resto de las extremidades…

Que si tu llevas las cejas blancas de hielo, pues tu las pestañas con una bolica de hielo en cada punta; ¿te has dado cuenta que la chaqueta está llena de escarcha?…

Pensando en esas cosas y entre chácharas y comentarios, pasaban los kilómetros, hasta que alguien pregunta

-«¿Eduardo?»

A lo que respondo:

-«¿Y Chelu? y…»

De repente suena un móvil:

-«donde estáis?»

Han parado a no se que y se han perdido.

-«¿y por donde?, Nooo todo recto, no lo dejéis…»

Cuelga el teléfono.

-«¿Donde están?»

Han dicho que…:

-«Aquí»

UhHHHHHHHHHHHHHHH??????

La cosa es que los astros nos favorecían y antes de terminar la conversación y aun con las caras de asombro por la respuesta telefónica, los perdidos estaban de nuevo con nosotros.

Llegados al cruce, seguimos recto al camino que empieza en los almendros.

Allí, dado que queda poco para que los promesas se separen de nosotros, les doy unas indicaciones de por donde tiene que subir.

Como Marcial ya había subido por la cuesta de pinos y Cope también ha rodado por la zona, todo es más fácil y en el siguiente cruce

el grupo promesas: Marta Garriz, Isabel, Cope, Arancha y Marcial se van a subir por la cuesta de los pinos.

Quedamos en que nos llamarán cuando lleguen arriba, ya que nosotros tenemos bastante más camino por delante y seguramente llegarán antes.

El resto del grupo, a partir de ese punto, encendemos el reactor y aumentamos considerablemente el ritmo, para entrar un poco en calor, mientras damos la vuelta a la meseta para llegar a Borja.

Es tanto el frío que antes de enfrentarnos a «la cuesta», decidimos tomar un café.

En este punto Juan Carlos, parece nacido en Borja, porque nos lleva, sin duda ni vacilación hasta un bar.

Mientras tomamos el café juna mujercica que desayunaba en el mismo sitio, nos dice, para que su amiga se diese cuenta:

-«¿A que venis todos los fines de semana?, sois de Ablitas, a que sí!!!»

A lo que Marta, responde

-«Somos de Murchante señora»

-«Ahhhhh…» (cara de poker de la mujercica…)

De nuevo sobre las bicis y con el estómago caliente, nos dirigimos «al peludo», mientras consulto con Samuel y Enrique, cómo es la cuesta (por aquello de dosificar…).

-«No tiene ni un descanso, rampas de entre el 18% y bastante del 20%»

-«»Ahhhhhh, pues que bien, …no??»

-«Y de longitud, la mediremos hoy pero… no se… ¿sobre un par de kilómetros?»

Llegados a la cuesta, «el peludo», resulta ser calvo, porque allí no crecen ni matojos…

Ya desde las primeras rampas, la cuesta se hace exigente y aunque Chelu no se lo creía, hoy iba a ir en plan conservador.

Justo empezar la primera rampa, me suena el móvil. Los promesas están arriba.

¿Plan conservador? Como para conservar está la cuestica… había que darlo todo!!!!

Y menos mal que aun podía jugar con tres piñones para mantener las pulsaciones a 10 de mi máximo…(por si la cosa se pone aun peor…).

Mientras… «los promesas», unos metros más abajo, lidiaban con sus propias situaciones y en medio de una bajada, «un@» (diremos que es una acróbata porque empieza a ser costumbre que realice «acrobacias»), intenta alcanzar su teléfono móvil, mientras con la otra mano consigue saltar de la bicicleta, para proceder con un grácil vuelo  y un aterrizaje limpio (los jueces le han puesto un 10 tanto en ejecución como en estilo).

Ya arriba, Guillermo se cae justo cuando se cruza con un Buggie que bajaba en ese instante y más de uno ha temido por su cabeza, al verla tan cerca de la rueda del aparato.

Esperamos a reunir el grupo y reemprendemos la marcha para bajar por una de nuestras subidas más habituales.

La primera rampa sin ser muy inclinada, tiene algunas piedras sueltas, lo que unido a que es cara norte, la temperatura y la niebla, hacían del sitio, el lugar propicio para la acumulación de hielo.

Me dispongo a bajar el primero, y a media rampa advierto.

-«Cuidado aquí!!!»

Cuando, de refilón veo a Samuel, bajar sin control hacia el terraplén (y bien poco le ha faltado…), aunque su pericia derrapando le ha permitido salvar la situación.

Salimos del pueblo del Buste, para bajar por la cuesta de hormigón.

Aquí los pesos pesados (más Samuel que con el pedazo de bollo de desayuno pesaba más que nosotros…), nos ponemos a bajar cual estampida de jabalíes.

Emocionados con la bajada, casi nos da un patatús cuando vemos un tractor subiendo de frente. MADREEEEE

Salvada la situación, reducimos, esperando que los que vienen más atrás lo sorteen del mismo modo y sin complicaciones.

Continuamos de cruce en cruce y de camino en camino hasta casa sin más cosas reseñables, aunque no llegamos a ver a «los promesas», hasta llegar al pueblo.

Algunos datos sobre la ruta:

  • La temperatura osciló entre 4 bajo cero y cero grados
  • Los promesas hicieron 50 Kilómetros muy meritorios
  • A nosotros nos han salido unos 70 Kilómetros
  • Algun@ va a arrasar el Decathlon el lunes (para comprar equipamiento para el frío).
  • El peludo, es una pedazo de cuesta pero Marta y yo nos la esperábamos aun peor (viniendo de Samuel y Enrique…).
  • En la cima del Buste hacía sol  y se veía la niebla debajo, muy bonita.
  • Dicen que con niebla no se puede cazar, pero hemos visto a alguno… como para fiarse de estos…
  • Uno estuvo cubateando ayer y esta mañana le ha venido muy cuesta arriba levantarse

Bardena Blanca (Laberinto de grietas)

Aprovechando que era día de fiesta y según lo anunciado, acudíamos al parque a las 8:30.

La mañana comenzaba fresca pero el cielo raso, la ausencia de viento y el incipiente sol ya hacían presagiar una mañana de verdadero lujo, en lo referente a temperatura.

Me sorprendía cuando al llegar al parque, nos vamos juntando casi todos los habituales y algún otro. Magnífico!!

Si no olvido a nadie, éramos:

Guillermo, Marta, Roberto, Samuel, Enrique, Jose Luís (Chelu), Daniel, Eduardo, Javi (Aouita), Toñín (Manolete) y yo (Iñaki)

La presencia de Javi, tenía un atractivo adicional, pues venía equipado con una cámara de vídeo con la que filmar, en vivo, la ruta, o trozos de la misma.

En breve nos hará llegar la película y la pondremos aquí.

Atravesamos el pueblo, en dirección a la cooperativa y tras el puente de la autopista, giramos a la derecha por el camino que lleva  a Tudela.

Ya en Tudela, pasamos por el casco viejo, para llegar al puente del Ebro.

Tras atravesar el Ebro, nos metemos en el camino de la izquierda que lleva hasta la recta de Arguedas.

Rodamos tranquilos, a sabiendas de que quedan muchos kilómetros por delante, así que charlamos mientras discurre la interminable recta a nuestra derecha (nosotros circulamos por un camino paralelo).

Nos acercamos a Arguedas y Roberto me dice:

-«Tienes pensado subir al Yugo por la carreterica?»

-«Si, hasta la mitad y después por camino»

-«Y si vamos por la cuesta que parte de la cooperativa de Arguedas?»

A pesar de que bajamos por esa cuesta, no hace mucho, no la recordaba y respondo:

-«Vale, es muy dura?»

A lo que me sonríe y contesta:

-«No la recuerdas? está bien…»

Esa respuesta me deja claro. Va a ser…potente…

En cuanto la veo, me viene a la cabeza. Pero si mas que camino, es un pedregal!!!

Pero ya era tarde.

Subimos como podemos, mientras clavo la mirada en el pulsómetro (arrrfff arfffff).

Minutos más tarde estamos en la parte asfaltada, mucho mas llevadera que nos lleva hasta la ermita de la Virgen del Yugo, y a partir de allí…BAJADA!!!!!!!

Nos lanzamos con el cuchillo entre los dientes y de reojo veo a Samuel a mi derecha que tampoco frena…

Aun veo la cara de uno de los ciclistas que ascendía y me vió acercarme a el, cual trolebus desbocado, hasta que me aparté de su camino…jijiji

Proseguimos hacia el plano, para subir por otra cuesta, llenica de nuevo de grava, pero aun estamos frescos y todos subimos con relativa facilidad.

Ya en el plano, no puedo evitar pensar en la bajada del «Vedado de Eguaras». Realmente la parte más bonita de la ruta y con mucho la que más me apetece hacer, por sus zonas técnicas, el paisaje y……

QUE ASCO!!!!

No no me he confundido.

Mientras pensaba yo en lo bien que nos lo íbamos a pasar…llegamos a la intersección que lleva a la zona en cuestión y encontramos el fatídico cartel BATIDA DE JAVAlÍ.

PERO ES QUE LOS PISTOLEROS ESTOS TIENEN QUE SEGUIRNOS ALLÁ DONDE VAMOS???!?!!?!?

La verdad es que aun me salió algo por la boca, pero la mayoría de los «poemas», que se me ocurrían me los guardaba…

Sin saber que hacer, seguimos adelante, en busca de una pista que nos permita bajar sin toparnos con los «Clint Eastwood de pacotilla».

Unos kilómetros más adelante vemos aparecer una entrada, al parece, poco transitada por la cantidad de hierba que crecía en el camino.

Sin saber exactamente a donde nos llevará, lo seguimos hasta comprobar que nos lleva de nuevo a la zona donde los cazadores siguen pegando tiros (y como Chelu dice… a los más grandes nos han de confundir…y Toñín encima va de negro…).

Nos damos la vuelta y activamos nuestro famosísimo «modo rotabator».

Campo a través, en busca de otro camino, nos acercamos hacia el cortado situado a la izquierda del vedado.

Durante nuestro trayecto, descubrimos un espécimen hembra de «excursionista campestre», escondida tras un montón de piedras, haciendo sus necesidades apartada de sus compañeros.

Por respeto, no nos quedamos mirando, pero me quedé con las ganas de ver la cara que se le quedó, cuando, tras buscar el sitio más discreto de las Bardenas, se pone a miccionar justo donde pasan nada menos que once ejemplares de «ciclista rotabatoris».

Tras atravesar varios campos llegamos al borde del precipicio, donde paramos a comer algo y disfrutar del paisaje.

Desde este punto, se divisa gran aprte de la Bardena y se contempla una impresionante vista del Castillo de Peñaflor.

Abajo, con chalecos naranjas, los cazadores y sus perros siguen disfrutando la zona para si solos.

Samuel, chico precavido. Saca una barra de pan y chorizo y junto a Enrique preparan bocadillos (estos si saben lo que es bueno).

Continuamos campo a través, con la idea de seguir por todo el cortado, hasta las cercanías del Castillo, donde hay menos altura y pensamos bajar…como podamos.

En estas estamos cuando llegamos a una pista que discurre en la misma dirección que llevamos y por suerte nos deja tras el castillo.

Abajo hay un cruce y decidimos ir por el ramal de la izquierda, pensando que tiene que llevar a Castill de tierra, próximo objetivo de la ruta.

Varios kilómetros más allá empieza la fiesta.

Llegamos a un punto en el que quedamos rodeados por un cañón (grieta hecha por el agua), de decenas de metros de ancho y bastantes de profundo.

La gente normal habría dado la vuelta, pero…nadie ha dicho que seamos normales…jejeje

Decidimos ver la forma de bajar al fondo y tras dar varias vueltas, conseguimos bajar e incluso rodar varias cientos de metros hasta que unos agujeros y escalones «importantes», nos cortan el paso.

Miramos a nuestra derecha y vemos que la pared de unos 8 metros de alto, parece «ascendible».

Sin pensarlo dos veces nos echamos las bicis al hombro, y agarrándonos a los matojos con las manos y derrapando con los pies, conseguimos subir.

Ya arriba, seguimos por un pedregal hasta llegar a la cima de una meseta, de la que hay que bajar…y bajamos (si bien alguno se encomendó a todos los santos antes de hacerlo…juasjuas).

En ese punto, nuestro explorador «Dani», se adelanta para comprobar que volvemos a estar en una encerrona, rodeados de cañones por todas partes.

Roberto, y Marta empiezan a intuir que lo mejor sería volver sobre nuestros pasos y alcanzar el último camino, dado que a lo lejos aun se ven unas casetas derruidas por donde pasaba dicho camino.

Mientras, por otro lado, Samuel, Enrique, Javi y yo mismo, gozamos como enanos, bajando por cuestas imposibles (que casi nos cuestan una vuelta de campana a más de uno).

Hacemos una última intentona de seguir un cañón y bajamos hasta él, pero al poco, Dani que va el primero nos dice que es imposible continuar.

Roberto, Marta  vuelven a poner la sensatez y nos instan a volver al camino, mientras Samuel, Enrique y yo, nos quedamos mirando a la espera de que cualquiera de los tres diga:

-«Pues nosotros seguimos por aquí…»

La verdad es que estábamos gozando como críos en un charco pero se nos debió iluminar algo y cedimos…

Subimos de nuevo a la superficie por el otro lado del cañón y tras atravesar campo a través una zona y sortear una gran grieta, llegamos al camino para volver sobre nuestros pasos.

Roberto hace uso del GPS (si yo ahora también me pregunto porqué no lo utilizamos antes pero…eso es ahora y no en ese momento), e indica que desde ahí ya sabe como ir a donde queremos.

Llegados al cruce, dodne empezó a torcerse la ruta, giramos a la izquierda para varios cientos de metros más allá, volver a desviarnos, ahora si por el camino correcto.

La pista es buena, y si no fuese por los típicos agujeros Bardeneros y las típicas grietas, el piso es bueno.

Algo más adelante llegamos a una zona que ya conocemos, pero que tiene su complicación porque es en ese punto, donde hay que cruzar el río y en esta zona…lleva algo de agua y barro por doquier.

Por la ribera del río y bajo la pared izquierda del cañon, vamos acercándonos al punto de mejor paso, hasta uqe no queda otro remedio que cruzar «a estilo libre».

Algunos salimos indemnes pero otros acaban saboreando el barro…jijiji

Una vez en la orilla correcta, salimos a la pista que circunda el polígono de tiro desde el monumento al pastor a Castill de tierra y hacia este último nos dirigimos.

Bajo la singular formación, nos detenemos ya seguros de conocer el resto de la ruta a la perfección y sabiendo que ya solo quedan 30 kilómtros hasta casa.

Continuamos hasta la carretera del cuartel militar, donde Marta, se despide, ya que vienen a por ella, y el resto continuamos hacia el alto de los aguilares.

Pasamos la verja y ascendemos la última cuestica del día, para encarar el camino que lleva hasta el final de la recta de Arguedas.

Está en mal estado y llenod e piedra, lo que hace que no sea agradable rodar por él.

Debe ser por eso que Enrique toma la cabecera del grupo e imprimner un ritmo, cuando menos serio.

Por encima de 30 Kmt/h de forma sostenida, hacemos los, aproximadamente 10 kilómetros de pista, siendo que el grupo se rompe y algunos quedan algo rezagados.

Llegamos a «la recta» y esperamos a que vengan el resto de compañeros.

Se está haciendo tarde y decidimos ir a Tudela, por carretera.

Cuando llevamos un par de kilómetros recorridos, miro el marcador…y vamos a la misma velocidad que por el camino (más relajados eso sí), con lo que llegamos al puente del Ebro en menos que canta un gallo.

Atravesando Tudela, por el casco viejo salimos de la población para llegar al camino que lleva a Murchante, y por el que bajamos horas antes.

Por fin en el pueblo, y tras 89 Kilómetros, podemos decir que fue una ruta muy muy bonita, donde la parte en la que no encontrábamos el camino correcto, le dio un toque de aventura, que ya hacía unos meses que no nos ocurría.

Notas:

Los chicos del «promesas», con Cesar (Cope) de guía, volvieron arreglar cuentas pendientes que tenían con el Buste.

Por lo que me han explicado, subieron por la cuesta cementada (la clásica rayada) y aunque con un par de descansos, Sara consiguió ascender montada.

El resto, de un modo u otro, subieron para disfrutar de las vistas desde el balcón.

Estos chicos empiezan a enfrentarse a cuestas serias, con lo que vamos a tener que tomárnoslos más en serio…jejeje

El jueves, durante la ruta a las Bardenas, alguien ya me indicó que cuando hacíamos la siguiente con los «promesas», así que habrá que empezar a pensar en una ruta que sirva de «despedida de año», no?

En cuanto tenga en mi poder las fotos de la ruta y el vídeo, las colgaré. Si los «promesas», hicisteis, podeis mandármelas y os las cuelgo, ok?