Aprovechando que era día de fiesta y según lo anunciado, acudíamos al parque a las 8:30.
La mañana comenzaba fresca pero el cielo raso, la ausencia de viento y el incipiente sol ya hacían presagiar una mañana de verdadero lujo, en lo referente a temperatura.
Me sorprendía cuando al llegar al parque, nos vamos juntando casi todos los habituales y algún otro. Magnífico!!
Si no olvido a nadie, éramos:
Guillermo, Marta, Roberto, Samuel, Enrique, Jose Luís (Chelu), Daniel, Eduardo, Javi (Aouita), Toñín (Manolete) y yo (Iñaki)
La presencia de Javi, tenía un atractivo adicional, pues venía equipado con una cámara de vídeo con la que filmar, en vivo, la ruta, o trozos de la misma.
En breve nos hará llegar la película y la pondremos aquí.
Atravesamos el pueblo, en dirección a la cooperativa y tras el puente de la autopista, giramos a la derecha por el camino que lleva a Tudela.
Ya en Tudela, pasamos por el casco viejo, para llegar al puente del Ebro.
Tras atravesar el Ebro, nos metemos en el camino de la izquierda que lleva hasta la recta de Arguedas.
Rodamos tranquilos, a sabiendas de que quedan muchos kilómetros por delante, así que charlamos mientras discurre la interminable recta a nuestra derecha (nosotros circulamos por un camino paralelo).
Nos acercamos a Arguedas y Roberto me dice:
-«Tienes pensado subir al Yugo por la carreterica?»
-«Si, hasta la mitad y después por camino»
-«Y si vamos por la cuesta que parte de la cooperativa de Arguedas?»
A pesar de que bajamos por esa cuesta, no hace mucho, no la recordaba y respondo:
-«Vale, es muy dura?»
A lo que me sonríe y contesta:
-«No la recuerdas? está bien…»
Esa respuesta me deja claro. Va a ser…potente…
En cuanto la veo, me viene a la cabeza. Pero si mas que camino, es un pedregal!!!
Pero ya era tarde.
Subimos como podemos, mientras clavo la mirada en el pulsómetro (arrrfff arfffff).
Minutos más tarde estamos en la parte asfaltada, mucho mas llevadera que nos lleva hasta la ermita de la Virgen del Yugo, y a partir de allí…BAJADA!!!!!!!
Nos lanzamos con el cuchillo entre los dientes y de reojo veo a Samuel a mi derecha que tampoco frena…
Aun veo la cara de uno de los ciclistas que ascendía y me vió acercarme a el, cual trolebus desbocado, hasta que me aparté de su camino…jijiji
Proseguimos hacia el plano, para subir por otra cuesta, llenica de nuevo de grava, pero aun estamos frescos y todos subimos con relativa facilidad.
Ya en el plano, no puedo evitar pensar en la bajada del «Vedado de Eguaras». Realmente la parte más bonita de la ruta y con mucho la que más me apetece hacer, por sus zonas técnicas, el paisaje y……
QUE ASCO!!!!
No no me he confundido.
Mientras pensaba yo en lo bien que nos lo íbamos a pasar…llegamos a la intersección que lleva a la zona en cuestión y encontramos el fatídico cartel BATIDA DE JAVAlÍ.
PERO ES QUE LOS PISTOLEROS ESTOS TIENEN QUE SEGUIRNOS ALLÁ DONDE VAMOS???!?!!?!?
La verdad es que aun me salió algo por la boca, pero la mayoría de los «poemas», que se me ocurrían me los guardaba…
Sin saber que hacer, seguimos adelante, en busca de una pista que nos permita bajar sin toparnos con los «Clint Eastwood de pacotilla».
Unos kilómetros más adelante vemos aparecer una entrada, al parece, poco transitada por la cantidad de hierba que crecía en el camino.
Sin saber exactamente a donde nos llevará, lo seguimos hasta comprobar que nos lleva de nuevo a la zona donde los cazadores siguen pegando tiros (y como Chelu dice… a los más grandes nos han de confundir…y Toñín encima va de negro…).
Nos damos la vuelta y activamos nuestro famosísimo «modo rotabator».
Campo a través, en busca de otro camino, nos acercamos hacia el cortado situado a la izquierda del vedado.
Durante nuestro trayecto, descubrimos un espécimen hembra de «excursionista campestre», escondida tras un montón de piedras, haciendo sus necesidades apartada de sus compañeros.
Por respeto, no nos quedamos mirando, pero me quedé con las ganas de ver la cara que se le quedó, cuando, tras buscar el sitio más discreto de las Bardenas, se pone a miccionar justo donde pasan nada menos que once ejemplares de «ciclista rotabatoris».
Tras atravesar varios campos llegamos al borde del precipicio, donde paramos a comer algo y disfrutar del paisaje.
Desde este punto, se divisa gran aprte de la Bardena y se contempla una impresionante vista del Castillo de Peñaflor.
Abajo, con chalecos naranjas, los cazadores y sus perros siguen disfrutando la zona para si solos.
Samuel, chico precavido. Saca una barra de pan y chorizo y junto a Enrique preparan bocadillos (estos si saben lo que es bueno).
Continuamos campo a través, con la idea de seguir por todo el cortado, hasta las cercanías del Castillo, donde hay menos altura y pensamos bajar…como podamos.
En estas estamos cuando llegamos a una pista que discurre en la misma dirección que llevamos y por suerte nos deja tras el castillo.
Abajo hay un cruce y decidimos ir por el ramal de la izquierda, pensando que tiene que llevar a Castill de tierra, próximo objetivo de la ruta.
Varios kilómetros más allá empieza la fiesta.
Llegamos a un punto en el que quedamos rodeados por un cañón (grieta hecha por el agua), de decenas de metros de ancho y bastantes de profundo.
La gente normal habría dado la vuelta, pero…nadie ha dicho que seamos normales…jejeje
Decidimos ver la forma de bajar al fondo y tras dar varias vueltas, conseguimos bajar e incluso rodar varias cientos de metros hasta que unos agujeros y escalones «importantes», nos cortan el paso.
Miramos a nuestra derecha y vemos que la pared de unos 8 metros de alto, parece «ascendible».
Sin pensarlo dos veces nos echamos las bicis al hombro, y agarrándonos a los matojos con las manos y derrapando con los pies, conseguimos subir.
Ya arriba, seguimos por un pedregal hasta llegar a la cima de una meseta, de la que hay que bajar…y bajamos (si bien alguno se encomendó a todos los santos antes de hacerlo…juasjuas).
En ese punto, nuestro explorador «Dani», se adelanta para comprobar que volvemos a estar en una encerrona, rodeados de cañones por todas partes.
Roberto, y Marta empiezan a intuir que lo mejor sería volver sobre nuestros pasos y alcanzar el último camino, dado que a lo lejos aun se ven unas casetas derruidas por donde pasaba dicho camino.
Mientras, por otro lado, Samuel, Enrique, Javi y yo mismo, gozamos como enanos, bajando por cuestas imposibles (que casi nos cuestan una vuelta de campana a más de uno).
Hacemos una última intentona de seguir un cañón y bajamos hasta él, pero al poco, Dani que va el primero nos dice que es imposible continuar.
Roberto, Marta vuelven a poner la sensatez y nos instan a volver al camino, mientras Samuel, Enrique y yo, nos quedamos mirando a la espera de que cualquiera de los tres diga:
-«Pues nosotros seguimos por aquí…»
La verdad es que estábamos gozando como críos en un charco pero se nos debió iluminar algo y cedimos…
Subimos de nuevo a la superficie por el otro lado del cañón y tras atravesar campo a través una zona y sortear una gran grieta, llegamos al camino para volver sobre nuestros pasos.
Roberto hace uso del GPS (si yo ahora también me pregunto porqué no lo utilizamos antes pero…eso es ahora y no en ese momento), e indica que desde ahí ya sabe como ir a donde queremos.
Llegados al cruce, dodne empezó a torcerse la ruta, giramos a la izquierda para varios cientos de metros más allá, volver a desviarnos, ahora si por el camino correcto.
La pista es buena, y si no fuese por los típicos agujeros Bardeneros y las típicas grietas, el piso es bueno.
Algo más adelante llegamos a una zona que ya conocemos, pero que tiene su complicación porque es en ese punto, donde hay que cruzar el río y en esta zona…lleva algo de agua y barro por doquier.
Por la ribera del río y bajo la pared izquierda del cañon, vamos acercándonos al punto de mejor paso, hasta uqe no queda otro remedio que cruzar «a estilo libre».
Algunos salimos indemnes pero otros acaban saboreando el barro…jijiji
Una vez en la orilla correcta, salimos a la pista que circunda el polígono de tiro desde el monumento al pastor a Castill de tierra y hacia este último nos dirigimos.
Bajo la singular formación, nos detenemos ya seguros de conocer el resto de la ruta a la perfección y sabiendo que ya solo quedan 30 kilómtros hasta casa.
Continuamos hasta la carretera del cuartel militar, donde Marta, se despide, ya que vienen a por ella, y el resto continuamos hacia el alto de los aguilares.
Pasamos la verja y ascendemos la última cuestica del día, para encarar el camino que lleva hasta el final de la recta de Arguedas.
Está en mal estado y llenod e piedra, lo que hace que no sea agradable rodar por él.
Debe ser por eso que Enrique toma la cabecera del grupo e imprimner un ritmo, cuando menos serio.
Por encima de 30 Kmt/h de forma sostenida, hacemos los, aproximadamente 10 kilómetros de pista, siendo que el grupo se rompe y algunos quedan algo rezagados.
Llegamos a «la recta» y esperamos a que vengan el resto de compañeros.
Se está haciendo tarde y decidimos ir a Tudela, por carretera.
Cuando llevamos un par de kilómetros recorridos, miro el marcador…y vamos a la misma velocidad que por el camino (más relajados eso sí), con lo que llegamos al puente del Ebro en menos que canta un gallo.
Atravesando Tudela, por el casco viejo salimos de la población para llegar al camino que lleva a Murchante, y por el que bajamos horas antes.
Por fin en el pueblo, y tras 89 Kilómetros, podemos decir que fue una ruta muy muy bonita, donde la parte en la que no encontrábamos el camino correcto, le dio un toque de aventura, que ya hacía unos meses que no nos ocurría.
Notas:
Los chicos del «promesas», con Cesar (Cope) de guía, volvieron arreglar cuentas pendientes que tenían con el Buste.
Por lo que me han explicado, subieron por la cuesta cementada (la clásica rayada) y aunque con un par de descansos, Sara consiguió ascender montada.
El resto, de un modo u otro, subieron para disfrutar de las vistas desde el balcón.
Estos chicos empiezan a enfrentarse a cuestas serias, con lo que vamos a tener que tomárnoslos más en serio…jejeje
El jueves, durante la ruta a las Bardenas, alguien ya me indicó que cuando hacíamos la siguiente con los «promesas», así que habrá que empezar a pensar en una ruta que sirva de «despedida de año», no?
En cuanto tenga en mi poder las fotos de la ruta y el vídeo, las colgaré. Si los «promesas», hicisteis, podeis mandármelas y os las cuelgo, ok?