Crónica: Los 10.000 del Soplao 2016

Nota: Esto es MUY LARGO… si no eres lector paciente… ni intentes leer esta crónica.

Todos dicen lo mismo: “El Soplao” empieza el día que haces de la prueba un objetivo y empiezas a entrenar.

Hay quien me decía que era muy sacrificado eso de entrenar de forma metódica y “sacrificar” muchos días de salidas tradicionales en pos de entreno…

Y sin embargo, ha sido todo lo contrario. He disfrutado de la bici como nunca. Es más… he descubierto otra forma de ciclismo que me encanta y me llama.

El ver como tu estado de forma se incrementa día a día, la consecución de cada fase del entrenamiento y el tener el objetivo cada vez más cerca, te llevan a ver la bici de otra forma y posiblemente, nunca vuelva a verla como lo hacía antes de esta experiencia (que un no ha terminado, porque escribo desde mi casa la noche antes de viajar hacia Cabezón).

 A decir verdad, escribo por calmar los nervios que me llevan acelerado desde hace días.

Entre el catarro que se presentó de visita esta semana (¡¡el único del año!!), el ser novato y no saber exactamente cómo va a enfrentar tu cuerpo la paliza que a la que lo voy a someter y que, en foros y videos, presentan la prueba como el apocalipsis del btt… soy un manojo de nervios.

Es ahora cuando llegan las dudas. ¿Serán suficientes las horas invertidas entrenando? ¿Este catarro me tiene muy mermado? ¿Es eso que parece que quiere, dolerme una señal de lesión que aparece a pocas horas antes de la prueba?

Vamos, que ves dolores y cosas raras en cada músculo y quiero pensar que es por los nervios.

Y no soy el único, porque a las 5 de la mañana, harto de dar vueltas en la cama, me levanto y Chelu, mi inseparable compañero de entrenos, me traslada vía “WhatsApp” que también está despierto.

En un rato, toca ir a la oficina, y esperar a que llegue el medio día para salir pitando con el resto de amigos que hemos decidido acudir a la cita.

Por cierto: No había dicho que la crónica iba a ser corta así que si el prólogo ha sido este… coger aire para lo que pueda escribir el domingo (si es que aún tengo ganas de hacer algo…)

Por retarme, escribiré una frase más:

A día de hoy, estoy convencido de que el año que viene volveré al Soplao.

¿Pensaré lo mismo la próxima vez que siga escribiendo?

24 horas después de acabar el Soplao…

¡¡CONSEGUIDO!!!

¡¡¡Madre mía, que experiencia!!!

Es domingo, y hace unas 24 horas que pasaba por línea de meta tras acabar la más escalofriante y épica vivencia en BTT de toda mi vida (hasta ahora). Pero empecemos por el principio.

Llegamos el viernes y antes de ir al camping, nos acercamos a recoger los dorsales. Allí nos encontramos con Cabri, con el que charlamos un rato y nos dice que acaba de mirar el tiempo y no parece que vaya a llover. BIEN!!!

Tras prepararlo todo, nos acostamos y al poco suena el despertador.

Llegamos a cabezón sobre las 6:00 a.m. y nos situamos en línea de salida, para esperar dos horitas. El tiempo es bueno aunque, el cielo, está encapotado.

Poco antes de que den las 8:00, aparece Yoli y los hijos de Chelu. Lo hacen emocionarse y por poco acabo lagrimeando yo, al ver los ánimos y palmadas que le daba Diego en la espalda, muy serio, a su padre como diciendo:

-“Tranquilo papá, tu puedes…”

7:55 y empieza a sonar la canción: Thunderstruck de AC/DC…

No se si era yo o el equipo de megafonía que tenían pero a cada golpe de rimo me estremezco y me recorre un escalofrío… parece que voy a la guerra…

A los lados el público y varios de ellos con la boca abierta canturreando la canción… que sensación…

Salimos y al poco estamos dando pedales, cuidando de no perder a los amigos, pero intentando avanzar posiciones para evitar el atasco en el kilómetro 3.

Allí llegamos juntos, Feli, Chelu y yo (Iñaki) y por suerte no hay atasco.

Se oyen los cambios por doquier y empezamos a ascender. El primero. La gente empieza a resoplar y yo empiezo el mantra que Cabri me indicó el día anterior:

-”Guarda fuerzas, guarda, y reserva…”

La verdad es que voy nervioso y algo tenso de la emoción y no disfruto la subida del todo, pero con la niebla, tampoco es que se vea mucho paisaje. Lo importante es que voy muy bien de pulso y el cuerpo responde, así que me preocupo de no perder a los amigos, entre la muchedumbre.

Al fin coronamos San Cibrian y empieza la bajada.

Es camino bueno pero con mucha gravilla. Mi mayor miedo es que alguno baje descontrolado y me tire, pero por lo demás voy muy tranquilo, porque hay algún compañero que no le gusta mucho bajar, así que voy disfrutando el paisaje.

Es seguida comprendo que en Cantabria no tienen ni idea de lo que es un llano y lo del nivel como herramienta…. ni en los libros… Todo está inclinado de una forma u otra….

En cuanto termina la cuesta abajo, la emprende otra hacia arriba así que volvemos a cambiar coronas como locos y a darle de nuevo…

Van pasando los minutos, pasamos por San Vicente del monte, y bajamos para volver a subir hasta el alto de Carrancias.

Son todas subidas que, en nuestra zona, consideraríamos fuertes o muy fuertes, pero sabiendo lo que viene por delante, como para rechistar o decir algo…

En mi cabeza, voy dando vueltas a una pregunta:

“Y… entonces… como son las rampas que llaman…fuertes?….”

En estas estaba yo cuando bajamos pronunciadamente.

No sé en que momento, perdemos a Feliciano. Yo pienso que va unos metros tras de mi, con Chelu y el debe pensar que va entre ambos o detrás…

Empezamos a bajar y me encuentro solo, así que reduzco la marcha para enlazar. Miro atrás y veo decenas de tipos, lanzados cuesta abajo, pero ninguno de ellos es Chelu o Feli.

Justo después de ver un accidente, me alcanza Feli, al que grito, porque no se daba cuenta.

No pasa un minuto y aparece Chelu, con lo que respiro aliviado y encaramos la siguiente subida.

…Doy una curva y veo mucho público apostado en los lados del camino…

Camino??? Pero por dios, que es esto!!!!

Empieza la subida a “La cocina”… La verdad es que voy muy bien… pero es la risa…

Una pendiente de hormigón rayado, en el que las cubiertas se escuchan derrapar contra el terreno, pidiendo clemencia.

Son varios kilómetros y veo que eso va a ser largo… y la pendiente no mengua…

Nada, de momento voy bien, no me duele nada y el pulso  en torno a 135-140 pulsaciones…

Miro a gente de mi alrededor, resoplando y veo cifras de pulso que harían hervir el metal, mientras algún otro me adelanta …

De vez en cuando miro a ver si estos dos siguen a mi flanco y así es. Si acaso cuando me ven mover la cabeza y no los alcanzo a ver, enseguida, el avispado de Chelu, me grita: “Estoy aquí, tranquilo”.

Él me tiene bien localizado con mi mochila y zapatillas naranjas, que dice que se distinguen bien. Yo cuando miro por debajo del sobaco, siempre busco el casco naranja de Feliciano, que también es fácilmente identificable.

 Salimos de un camino y sin bajar un solo metro nos metemos en asfalto ascendente…

Por tanto… ¿Estaremos subiendo “el soplao”?

Parece que sí.

Nos adelanta gente pero nosotros continuamos en modo:

-“Guarda fuerzas, esto aún no ha comenzado, tu a tu 50% y como mucho!!!”

 Alcanzamos el primer avituallamiento y nos encontramos a Ramón que había salido a fuego.

Le digo que si viene con nosotros pero decide seguir por su cuenta.

Comemos algo, rellenamos líquido y mandamos un whattsapp a la familia para que sepan que sobrevivimos. Allí se supone que iba a estar Yoli, los chiquillos de Chelu y la Feli pero no aparecen…

Empezamos a descender y según nos han dicho, esta bajada, hasta Celís, es la más peligrosa.

Sigo a Feliciano y no puedo mirar atrás, si quiero conservar la dentadura, por lo que decido bajar concentrado.

Del resto no sabemos nada. Suponemos que Antonio ha ido por delante, mientas Sierra, Fernando y Jarauta, formarán un grupo algo más atrás, y Fermín irá con un amigo con el que había quedado a la salida. Pero todo son suposiciones…

Por fin abajo y sin necesidad de prótésico dental. En un par de minutos llega Chelu que parece que hoy está haciendo un master en bajadas… y la verdad es que cada vez va mejor, más confiado y rápido.

Avanzamos por asfalto y allí está nuestro equipo de apoyo. No les habían dejado subir así que estaban esperándonos aquí.

Tras parar, conversar con ellas y comer un plátano, continuamos, pensando en el “Monte Aa”. Miedo me daba pensar que según la información que tenía, las rampas eran más duras que las de la cocina… pffffff.

Nos metemos en camino y aquello se inclina… peor no es para tanto… menos mal…

¿Menos mal? Giramos una curva y veo aparecer el temido hormigón rayado…

Quien me mandaría dejar el piolet en casa…

Pongo plato pequeño y solo me queda una corona de reserva. Que en algún momento tengo que meter… la madre del ****

Mis compinches sigen a mi lado y allí no habla ni el perro…

Mirando hacia arriba aquello asciende y serpentea, hasta que por fín veo un cartel, hecho a mano: GOMINOLAS!!!

La famosa mujer de las gominolas se coloca en las últimas rampas del monte Aa y por tanto sé que aquello se termina.

Sonriente paso para recoger mi gominola y la mujer con la misma sonrisa me la pone en la mano, intentando llegar a todos, sin que tengamos que poner el pie en el suelo.

Seguidamente, paso por una chica ¿su hija?, que reparte manzana…(que buena me supo!!).

Y así, es… poco después estamos arriba y las vistas son realmente espectaculares.

Hace calor, bastante más del que las previsiones marcaban y vamos perdiendo líquido por lo que intento recuperar algo, antes de comenzar la bajada.

El descenso es muy bueno y Feli toma la delantera, no sé, si espoleado por cierta moza que bajaba echando fuego… vete a saber….

Como en ocasiones anteriores, Chelu baja un poco después, pero se nota que va cogiendo ritmo… casi no tenemos que esperar… ¡¡va sacando nota en cada bajada!!

Comentamos que tiene que ser algo relacionado con el agua, o las anchoas o algo de allí pero no es normal… tanto público, con tanta pasión, que te animan como s fueses el mismo Indurain, ascendiendo contigo unos metros con las venas en el cuello gritando:

-“Venga, una pedalada más, no te rindas, venga!!!!”

Y si fuesen cuatro forofos… se entiende…

Pero ver a mujeres de entre 60 y 80 años, unas con las cacerolas y los cazos aporreando la batería de cocina y desgañitándose al paso de cada grupo de ciclistas, o grupo de gente cualquier carretera perdida con pompones de animadora… o caminos apestados de coches a los lados con familias enteras, apostados y animando durante horas… como si fueses el primero que pasa por allí… no es normal…

Y quiero que quede claro: NO ES NORMAL!!!!

Y se agradece tanto, que no se ni como expresarles mi gratitud y sensación de apoyo transmitido.

Y hablando de cual sería la causa de tal desvarío mental de estos encantadores pobladores Cantabros… que nos plantamos en Ruente con muchísimo publico y poco después en el avituallamiento de Ucieda.

Volvemos a ver a Ramón que vuelve a irse, mientras nosotros paramos a echar aceite a las cadenas, y comer un bocadillo de Nocilla, ¡que bueno!.

Empezamos a ascender el Moral, puerto largo y duro, según dicen… unos 12 kilómetros.

Aquí se supone que empieza realmente el Soplao y todo lo anterior era el calentamiento… Un calentamiento de unos 2000 metros positivos…pero vaya… que esto funciona así… y aquí es donde se empieza a hacer la selección de verdad…

Conforme avanzan los kilómetros, las conversaciones disminuyen y las cabezas bajan mirando la rueda delantera. Esto es eterno…

No puedo aguantarme la curiosidad y pregunto a un ciclista si queda mucho…

Me dice que si que al menos 4 kilómetros…

¿Como? Si allí se ve que crestea y no hay nada más alto… como puede ser…

Y sí… sí que podía ser…

Al llegar al punto que yo tanto ansiaba, una curva cerrada daba paso a la otra ladera de la montaña, de donde aparecía una cumbre lejana y superior… vamos… para partirse de risa…

Voy con un dolor horrible de riñones y pienso que si a mitad de prueba voy a sí… mal voy y me empiezo a comer la cabeza… hasta que reflexiono.

De piernas voy nuevo, sin una sola molestia ni sensación de carga…

Pulso bien…

Venga ánimo… no puede quedar mucho…

Y por fin… veo la carpa del avituallamiento líquido.

Mis compañeros aparecen en menos de un minuto.

No soy el único que va con los riñones doloridos y tomamos un ibuprofeno.

Empezamos una larguísima bajada de unos 13 kilómetros que me sirven para relajar la espalda mientras hacía efecto el calmante… y voala!! Aquello desaparece como por arte de magia…

Llegamos a Juzmeana y a Barcena Mayor donde nos detenemos en el avituallamiento a comer un bocadillo, beber y hacer una parada más larga y relajada.

Allí veo a Cabri y nos comenta que el puerto que toca es el mas largo. Nos pone las cosas tal que si lo pasas con fuerzas de sobra, tienes mucho hecho a tu favor y sino… es casi imposible que completes la prueba.

Aquí Ramón se une al grupo y arrancamos juntos.

Reemprendemos la marcha, y empezamos a ascender cruz de fuentes. Unos 20 kilómetros de puerto, con un paisaje de película.

Pero la película, no acaba nunca y pasa la primera hora y aquello no se ve terminar.

Aquí cada cual tiene que poner su ritmo y subir según le dicta su cuerpo para evitar problemas.

Chelu me dice que hemos perdido a Ramón, hace un rato, y acostumbrado como estoy, me parece raro que no haya dicho que bajásemos el rimo para ir juntos.

La subida continúa y pasa el tiempo, mientras hago caso de los consejos, admirando el paisaje para no pensar en lo que queda.

A 3 kilómetros de acabar alcanzo a Unai Gonzalez, al que reconozco por sus vídeos en Youtube y con el que voy charlando animadamente, lo que me recupera el ánimo y me hace incluso disfrutar la última parte  del puerto.

De cuando en cuando miro atrás y alcanzo a ver el casco naranja… así que todo perfecto.

Bebo, relleno líquido, como algo y mando whatssapp a casa.

Miro la pendiente y allí se acerca Feli, con su casco que llega sin hablar, directo al agua.

Menos de un minuto después llega Chelu, al que también se le ha pasado el dolor de espalda. Así que estamos los tres bien y juntos que es lo más importante.

Allí un hombre con barba y unos chicos jóvenes que están de espectadores se acercan a animar y entablo conversación con él…

Me dice que lo que queda es (y pongo literalmente):

-“Es una putada, no te puedo mentir, pero venga que os veo bien…!”

Descendemos, y las nubes se ven amenazantes y negruzcas a lo lejos…. Malo….

Empezamos a ascender a Ozcaba y nos detenemos en las primeras rampas a cambiar el agua al canario, mientras empiezan a escucharse truenos a lo lejos…

Continuamos ascendiendo, por medio de un precioso bosque y de repente la tormenta descarga sobre nosotros…

Chelu y yo nos detenemos a ponernos el chubasquero y Feli dice que va totalmente mojado y que ya le pillaremos.

Al alcanzarlo, Chelu le mira y le dice a Feli:

-“Sonríe Feli…”

Quien responde:

-“Esta es la cara que tengo!!!!”

Esta el tema para pocas bromas….jajaja

Cuando caen las últimas gotas de la tormenta, llegamos al avituallamento de Ozcaba y nos detenemos buscando algo caliente que meter al cuerpo.

Por suerte, hay caldo y colacao que nos sienta genial.

Volvemos a montar sobre nuestras embarradas monturas, por caminos llenos de barro pero al menos no llueve.

Mirando a mi izquierda, veo la diagonal que trazan subiendo quienes llegan a “Venta Vieja” y unos minutos más tarde acabamos por llegar nosotros.

Bajamos con precaución y sin prisa… hay muchos hecho, estamos en buenas condiciones y no hay que echarlo a a perder por llegar antes o después…

Bajamos los tres juntos con un Chelu, crecido que ya se ha graduado en bajadas de todo tipo.

Un compañero de ruta, nos dijo kilómetros atrás dos axiomas:

1.- Si llegas al Negreo está conseguido aunque lo tengas que ascender a pie, sus terroríficos siete u ocho kilómetros.

2.- Ese puerto es una aberración.

Pero después de la jornada que llevábamos, el miedo había quedado atrás…

¿Rampas más duras que las del monte Aa? ¿Más Kilómetros que en El Moral?

Vamos que iba crecido…

Ascendemos por una pista asfaltada y se ve una pendiente impresionante en un cruce a la derecha.

Feli: -“como sea por ahí…”

Feli:-“A no, que marca a la izquierda tras esa casa…”

Feli:-“La madre que me…”

Y como dice  el refrán si no quieres taza… tazón!!

Ascendemos a “Correpoco” y por suerte la pendiente es corta, pero el terreno deja de ser asfaltado para convertirse en un camino que poco a poco deja de serlo para convertirse en una especie de rio de barro negro y piedras del tamaño de cajas de zapatos las más pequeñas y de cajas fuertes las mayores… pero que es esto!!!!

Con suerte y tirando de técnica conseguimos pasar montados, mientras muchos compañeros pasan las de Caín. Vamos que solo faltaba esto…jajaja

Comenzamos un rápido y retorcido descenso hasta acabar en una carreterica.

Al fondo, a menos de un kilómetro se ve mucho público y eso a estas alturas, ya comprendo lo que significa.

Giro a la derecha y lo reconozco de vídeos que había visto… pero en éstos… no parecía tan inclinado , ni de lejos…

La primera rampa del Negreo, se presenta como un muro, donde el publico mismo parece estar dispuesto en escalones, por la diferencia de altura entre ellos.

Me recuerda las míticas subidas del Tour de Francia, donde por las justas se ve el camino por la cantidad de gente que se aparta conforme avanzas.

Forofos con cencerros enormes mientras te jalean, mujeres aplaudiendo niños gritándote y jóvenes que se acercan para pedirte una pedalada más …

IM-PRE-SIO-NAN-TE.

Pongo todo lo que tengo y busco más coronas por si la cadena se puediera colocar sobre la cubierta trasera.

Voy a menos de 5 por hora, y me da tiempo de ver caras y gritos, puños cerrados haciendo gesto de fuerza y pedaleo. Pedaleo como si tirase de la misma tierra. Me decían que no pasaba nada por subir andando pero ahora merece la pena darlo todo.

Llego al avituallamiento. Chelu me ha dicho que tire y salimos Feli y yo  para arriba. Le esperaré arriba, hasta que llegue, me repito y pedaleo preocupado, pensando que tendré que esperar horas a mi amigo.

Curva a izquierda y la pendiente parece algo más clemente…hasta que vuelve a aparecer el hormigón rayado.

Esta es aún peor que la primera pero ya no me pilla de improviso.

Me preocupa la cantidad de participantes que arrastran maltrechos las bicis y a so que tengo que pedir paso para no echar pie a tierra.

Si tengo que desmontar, será imposible volver a hacerlo, pienso.

Culmino la rampa y giro de nuevo para encontrar la tercera. Tengo las piernas en perfecto estado así que, si tengo que vaciarme, lo haré, pero no desmonto ni aunque se me salga un ojo de tanto apretar los dientes.

Un pequeño descanso y encaro la cuarta rampa hormigonada, con más de un 30% (según dicen) de desnivel.

Me acuerdo de Cabri con su consejo de sentarse en la punta del sillín (donde llevo “acomodado” desde hace rato) y mordiendo el manillar para evitar que se levante la rueda delantera…

Y culmino… se supone que a partir de aquí la cosa sin ser una broma, ya no es para tanto.

Miro abajo y a cien metros viene el hombre de hierro con una cara que asusta, de fuerza y rabia.

Busco a Chelu por las “zetas”, más abajo y no lo diviso.

Paro a esperar (y con la excusa descanso), creo que Feli va muy mal, por la cara que trae…

Mi amigo desmonta y se acerca unos 5 metros andando… madre que drama nos espera (pienso).

Y al llegar, me dice:

-“Venga ya hemos tomado el aire…”

Que alivio!!!

Montamos y continuamos ascendiendo.

Busco a Chelu por debajo a cada curva que hacemos en la escarpada ladera.

Y cuando encaro la última recta visible del Negreo, escucho un grito:

-“Iñáki!!!!!”

BIEN!!!!

Es Chelu y no está, ni mucho menos, tan mal como yo temía.

Se ha recuperado muy bien y está dando pedales como un campeón.

Vamos hablando entre los penitentes que comparten ritmo y termino e puerto con Kike, que sin saberlo es amigo de Cabri. Un chaval muy majete al cual saludo desde aquí.

Al llegar arriba, nos detenemos a esperar, cada cual, a sus respectivos compañeros.

Enseguida llegan los míos y nos despedimos para continuar las pocas rampas que quedan del terrible pero ya derrotado Negreo.

No faltó quien casi echa alguna lagrimilla, al saberse vencedor entre la niebla cerrada que nos esperaba arriba.

Emprendemos la bajada y decidimos hacerla despacio y sin prisa.

Descendemos de forma muy relajada, mientras nos adelantan decenas de compañeros que buscan hacer tiempo.

Vamos casi anestesiados y con una sonrisa en la boca…. Lo que queda a meta es cuesta abajo y serán los 15 kilómetros más placenteros que nadie pueda nunca imaginar.

En la carretera de Ruente a Cabezón, vamos haciendo relevos y sin quemarnos alcanzamos una buena velocidad de crucero.

Entramos en Cabezón, pletóricos entre la muchedumbre que se agolpa aplaudiendo a los lados. Que bonito!!!!

Nos detenemos y tras las fotos de rigor empezamos a pensar en  nuestros compañeros, de los que no sabemos nada hace muchas horas.

Un rato después llega Ramón, recuperado y contento y mientras comemos vemos aparecer a Sierra, Jarauta y Fernando.

Solo queda Fermín…

Por fín su mujer nos dice que le ha llamado emocionado, y está empezando el Negreo. Lo cual quiere decir que lo va a terminar (¡que pasada de tío… que fuerza mental tiene!)

Nos iremos al camping a duchar, cambiar, y volvemos para recibirle y cenar.

Acabamos todos con una foto en la mítica rotonda de la bici con un sueño cumplido.

De momento hay quien dice que no vuelve… pero dejaré que las aguas se calmen y vean lo que han sido capaces de conseguir…

El año que viene…

Los Karrikiri cabalgarán de nuevo el Soplao.

 

Tiempos de paso como referencia a futuro:

  • 10:10 avituallamiento Soplao
  • 12:00 Empezamos a subir el Moral
  • 13:30 Arriba del Moral
  • 14:08 Avituallamiento Barcena Mayor
  • 15:54 Coronando Cruz de Fuentes
  • 17:10 Coronando Venta Vieja
  • 18:10 empiezo a ascender Negro
  • 20:19 Meta

Crónica: Artajona 2015

Semanas antes, Natxo Ciaurriz, artífice de esta marcha, advertía que había tramos nuevos, eliminado algunas de las secciones de camino y que la habían hecho más potente.

Otro madrugón y un grupo de Karrikiris junto a algunos Murchantinos más, enfilábamos volantes hacía Artajona.

Nada más llegar, recogemos dorsales y mientras descargamos las bicis, ponemos zapatillas y demás, nos toca ir acercándonos a la salida.

La verdad es que hay muchas pruebas a lo largo del calendario pero si eres de los que disfrutan con las bajadas imposibles, los saltos, las subidas de apretar dientes y la técnica…no hay
alternativa posible: La marcha de Artajona es espectacular!!.

Salimos y nos empieza a adelantar gente.

Me uno a Samuel y Unai, que atravesamos las calles de Artajona tranquilamente, hasta que toca subir lo que Unai califica de «Turruntero interminable», que es una cuesta adoquinada, que nos ayuda a a entrar en calor.

En menos de un minuto estamos junto al cerco, arriba del todo. Esperamos un poco a que algunos compañeros nos alcancen y cuando escucho el:

-«Venga que ya estoy, vamos!!»

De Samuel, continuamos.

Descendemos por una pista, para atravesar la carretera y enfilar hacia una rampa ascendente por camino, donde Unai va junto a mi y seguido viene Samuel.

Vamos adelantando a gente y con un poco de suerte, llegaremos al primer tramo de sendero sin grandes atascos.

Por fin entramos, a una breve zona ascendente para seguidamente, empezar un descenso suave, que nos interna en un pinar, ya conocido de años anteriores. Yo babeo, mientras Unai va gritando como loco. No se que ha desayunado pero está adrenalítico total… (creo que le ha gustado al chico…).

 

Delante llevamos a 4 bikers y detrás a un porrón. Mientras serpenteamos, disfrutamos esquivando los pinos, con los leves toboganes y los cambios de sentido en equilibrio hasta que llegamos abajo.

Cruzamos un camino y se oye el inconfundible ruido del cambio por doquier.

Ascendemos una pendiente, que recordaba mucho más dura, años anteriores (al recordaba imposible, a decir verdad), y sin embargo subimos sin grandes esfuerzos.

Volvemos a rodar por otro pinar, esta vez en sentido ascendente, con algunas pequeñas trampas, que hacen poner pie a tierra a Unai y correr como un poseso para que el resto del pelotón no le pasasen por encima, mientras grita algo como:

-«Joooodeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr»

En esa sucesión en zig zag, Unai ve a Samuel, dos filas más abajo. No está muy lejos y poco a poco, consigue acercarse y adelantar a gente.

Ya estamos los tres y continuamos ascendiendo por un sendero. Arriba disminuyo el paso, nos reunimos y…. para abajo!!!

La  bajada no es mala, es relativamente ancha (un metro?) y hace una leve curva a derecha. Me lanzo sin frenos y Samuel va leyendo mi rueda trasera, copiando cada movimiento. Unai hace lo propio y aumenta la adrenalina.

Volvemos a subir y alcanzo a un mozo.

Pedaleamos mientas hablo con él.

Va dolorido, en la salida se ha caído y dice que le duele todo.

Nos metemos en una zona boscosa de pinar, con curvas enrevesadas y vamos bajando entre derrapes y suspiros, al sortear algunos árboles que pasan…rozando (literalmente) la cara o el brazo.

Abajo, voluntarios nos indican la dirección a seguir.

-«Un kilómetro de subida….»

Mientras hablo con el chaval, me llaman mis compañeros que ya llegan.

Unai: -«Has visto eso!!?!   Madre que bajada, creía que era broma!! Si íbamos cabeza abajo!!»

Unai, unos minutos después:

-«Un kilómetro? El tipo ese no sabe calcular?, llevamos subiendo bastante más de un kilómetro… »

Samuel no dice nada. Va cabeceando pero aguanta el tipo como un campeón.

Vamos cogiendo altura y me sitúo. Creo que vamos a empalmar con otra subida que pasa por detrás de una cabaña…

-«Sí, esa es la cabaña. Agárrense los machos, que esta es buena!!»

Coronamos el sendero en cuesta con los dientes apretados y arriba, empieza un descenso serpenteante y no muy pronunciado hasta otra rampa que vuelve a ascender sin gran inclinación.

Al fondo veo otra bajada y aviso:

-«Samuel,esta es la del peralte!!»

Unai se pone tras Samuel que me dice:

-«Avísame cuando llegue!!»

Para cuando termina la frase, estoy en medio del peralte, con la bici totalmente tumbada, a toda velocidad, en medio del giro y bajando, mientras grito:

-«Yaaaaaaaaa»

Samuel y Unai bajan tras de mi como si fuéramos unidos por un cable invisible. La sensación tiene que ser muy parecida a volar…es la bomba!!

Otra subida, más bajadas y de nuevo a subir por un bosque cerrado de pinos en el que las curvas se retuercen para sortear los árboles.

Arriba adelantamos a otro tipo que va roto.

Volvemos a descender.

-«Ahí es donde Bauti, el año pasado se comió ese arbusto!!»

-«Jodoooooo…»

Bajamos haciendo que derrape la rueda trasera en algunas curvas para poder girar mejor, pivotando sobre la delantera y Unai dice que va cogiendo técnica… (como para no cogerla…).

Finalmente llegamos a un camino y al fondo se ve el avituallamiento.

Paramos  y comemos algo mientras charlamos.

En estas viene el chico con el que hablé antes. Dice que se retira. Va muy dolorido y el recorrido lo está maltratando…

Continuamos, cruzando la carretera, para proseguir por una rampa ascendente por pista que nos vuelve a dejar en otro bosquecillo. Sendas y más sendas para arriba y para abajo, hasta que atravesamos la presa. Estamos gozando de tal forma que no es posible plasmar en una crónica.

Una vez atravesada la presa, una voluntaria, nos indica, una bajada, donde descendemos derrapando y con la sonrisa en la boca.

Volvemos a subir, y subir, por interminables senderos. Hace rato que alguien de azul (yo creo que desde el avituallamiento), nos sigue, pero cada vez que intento, aunque sea un segundo, mirar atrás…le falta un pelo para comerme un pino o salir por orejas…

Arriba, rodamos por la cresta a toda leche. Voy primer, tras de mi Smauel y seguido Unai.

Acelero, el sendero es muy estrecho y jalonado por enormes arbustos a los lados, y casi no me da tiempo a nada.

Estoy en el aire… no había visto el salto!!!

-«IiiiiAAAAAaaauuuuú»

No se como, ero consigo girar la bici en el aire, viendo que el sendero hace curva y voy a aterrizar en un arbusto.

Aterrizo con la rueda delantera en el arbusto pero lo salvo como puedo.

Samuel, iba calcando mis movimientos… y hace lo mismo mientras grita y se echa las manos a la cabeza!!!

-«Jajajaajaj que guapo, de la que nos hemos librado!!»

Unai que si ha visto el tema, salva un poco la situación pero aterriza casi en un pedrolo, que salva como puede.

 

En una revuelta, veo que es una chica y aunque en los repechos más duros sufre, está ahí siguiendo el ritmo… que tipa!!

Pasa el tiempo y acabamos entablando conversación entre risas.

Amaya de Alsasua, es una campeona y se une al grupo (un saludo desde aquí!!).

Entramos en una zona conocida como «La Nachada» (donde Natxo… se explayó…) y la cosa se torna aun más dura.

Entre vueltas y revueltas sé donde estoy pero no exactamente… hasta que veo delante de mi una bajada con un escalón…. enorrrrrme y no hay posibilidad de confusión (lo recuerdo muyyy bien).

Estamos en la Nachada!!

Descendemos entre pinos jóvenes intentando no comernos ninguno, hasta que llegamos a una rampa. Si, si llegamos arriba…. no…. la rueda delantera en una piedra… pie al suelo. Vaya hombre.

Aqui no se puede volver a montar. Toca remontar unos metros «a pata» para volver a montar y poder arrancar.

Entre equilibrios y subidas potentes terminamos la sección, disfrutando como enanos para volver a pista.

Poco dura el terreno amplío y nos metemos en otro sendero con algunas subidas cortas pero potentes y una bajada (río piedras con grietas) donde realizo la trazada que mejor considero, mientras Unai…. hace una distinta…

Unai: -«Uffffffff Uffff ufff ufff, aqui a mi lado he visto la rueda trasera en el salto, aquíííííííí a mi lado!!!!!!!»

Vamos agradeciendo a todos los voluntarios su labor, y en una de esas por poco me caigo a una acequia.

Casi hincando rodilla en tierra, y según palabras de Unai, hago una doble chicanne, tumbando a lo Valentino y sorteo el tema.

Ya se ve Artajona al Fondo y casi que entra pena… no quermeos que se termine, pero esto es así.

Descendemos por una pista y por un corto senderillo acabamos en el pueblo, entrando sonrientes en meta.

¡¡Que mañana hemos pasado!!

Nos despedimos de  Amaya y comemos el bocata de Chistorra que nos hemos ganado mientras vemos llegar a otros participantes y animamos a algunos de nuestros compañeros que llegan.

Volvemos a casa, tras agradecer a Natxo, Ramón y el resto de integrantes del Club de Artajona, su siempre cálida bienvenida, una ruta inigualable y el facilitarnos una mañana que echaremos de menos… durante todo un año.

 

 

 

Crónica Lerín: Dos tullidos sobre ruedas

Llegábamos a Lerín sobre las 8 para que la secre no se pusiera nerviosa (le gusta llegar con tiempo).

La expedición constaba del siguiente ejercito Karrikiri:  Guillermo, Marta, Samuel, Roberto, Feliciano, Diego y yo (Iñaki). A los que se nos unía Aitor Alfaro.

Tras proceder con el trámite de recogida de dorsales y tal, vamos a por las bicis y nos plantamos en la salida.

Dicen que seremos unos 380 en tomar la salida.

La organización lidia con algún problemilla de última hora pero, la verdad es que lo solventan muy rápido y nos dan la salida.

Se produce una estampida y todo el mundo me adelanta por todas partes. He perdido a todos.

Acelero y nada más salir de l pueblo hay una subida. Voy recuperando puestos y veo a Diego, Samuel y Aitor. Feli y Roberto están más adelante y no puedo alcanzarlos. Es casi una subida al sprint de un par de kilómetros (calculo yo…).

Miro atrás y veo a Samuel. Lo he adelantado? Iré con él.

Nos adelanta Aitor y empieza el sendero. Aitor va tres puestos delante de mi y justo detrás va Sam.

La cosa se relaja un poco y empiezo a disfrutar en el primer sendero que discurre paralelo a un pinar, pero al poco otra subida, fuerte pero corta (de unos doscientos metros).

Miro atrás y no lo veo.

Sam: -«Estoy estoy, venga!!»

Hemos llegado arriba del cabezo y en llano la gente sigue yendo a saco.

Unos voluntarios nos indican cambio de dirección a la izquierda y precaución. Se donde estamos y lo que toca (se lo intenté advertir a Marta para que no le pillase tan de sorpresa, pero una vez metido… sé que le va a pillar…hombre que sí…jijiji). Viene más atrás con Guillermo, así que… se prepare…porque solo acaba de empezar…

Bajada, bajada…seria con varias curvas, la gente derrapando con una o ambas ruedas y público / fotógrafos apostados a los lados buscando imágenes.

Si algo se nos da bien al «dúo calavera» es bajar y tras la última curva, Samuel me grita, sin freno!!!

Y nos dejamos caer a tope por ese minúsculo sendero, mientras busco la forma de no tragarme al de delante (que va parecido, pero… le veo poco seguro…).

Toca girar a la izquierda y pasamos un par de toboganes para girar inmediatamente a la derecha. Aquí empieza lo duro realmente.

Nos meten en un pinar cerrado, en el que discurre un sendero, co mucha curva en un continuo rompe piernas.

Solo se oye, la respiración del personal dándolo todo…

(Al acabar Diego que iba unos metros delante, me dijo que escuchó mi carraspear de garganta!!!) Eso es concentración y una muestra de lo calladito que iba el pelotón…

El terreno es duro y aprovechamos los escasos segundos de bajada para tomar aire y encarar la siguiente subida en un proceso que se repite de forma continua, con algunas pendientes realmente fuertes.

En una de ellas, Aitor, resbala o cae y le adelanto. Viene inmediatamente detrás de nosotros.

En un repecho, me adelanta David Irigoyen, Ibaigorri muy majete, y me saluda.

Sigue una bajada y yo respiro al pasar por un punto en el que rozo la corteza de un pino con el manillar (por sendero y a buen ritmo…). Oigo a Samuel

-«Uyyyyyy»

Y seguido…..

Rsssssssssssssssssssssssssssssssssssss.

Sam:- «El detrás se ha aoistiado»

Yo:-«El del derrape??»

Sam:-«No has oido después el «clonk» contra el pino??»

Yo:-«No…»

Sam:-«Se ha dao, se ha dao…»

Salimos de tres o cuatro pinares contiguos, separados entre si por un camino y empieza una bajada donde se indica la bifurcación para que decidamos si se elige el itinerario corto o largo (20 kmts vs 55 Kmts).

Puede parecer que el corto no era nada pero, alguien del grupo dijo después que en ese punto estuvo pensando si terminar la corta y dejarlo ahí… CUIDADIN (que no se lo había escuchado nunca…).

Me acuerdo perfectamente de ese punto porque hace dos años , embarrados,  Roberto y yo, participamos y yo «volé» poco más adelante.

Giramos a la izquierda y ahí está… gente, en los puntos más… jugosos / peligrosos….jejeje

Un voluntario me dice:

-«Bajada fuerte y curva cerrada seguido!!!»

La bajada la recuerdo, son unos dos metros casi verticales en los que no hay que frenar mucho y una curva muy cerrada justo abajo.

Este año, lo supero sin problema y Samuel me sigue sin perder un metro. Aitor está unos metros detrás.

Un par de giros más y subimos un sendero que se que lleva… a la tranquilidad…

La tranquilidad son pistas/caminos… normales…

Miro atrás y no veo a Aitor.

Vamos rodando tranquilamente y Sam marca el paso. No ha entrenado mucho últimamente y dice que no puede ir mucho más rápido pero… es que va muy bien!!!

Voy mirando atrás y ni noticias de Aitor… hasta que a falta de 500 metros para el primer avituallamiento nos grita desde detrás. Va rodando rápido.

Conforme nos acercamos al avituallamiento, Samuel me dice:

-«Fijate, NO PARA NADIE!!!…»

La gente parece que se está jugando el campeonato del mundo

Ya juntos los tres, comemos un trozo de plátano y bebida.

Salimos ya repuestos cuesta arriba y veo delante a David. Estoy fresco y voy a por él. Lo alcanzo, y charlamos mientras acaban de subir Samuel y Aitor.

Sam:-«Ya , venga!!»

Me despido d e David y aceleramos.

Yo:-«Aitor?»

Sam:-«venía detrás…»

Miro y no lo veo…bajamos ritmo… esperamos… pero no viene.

Sí, ahí viene… venga…

Estamos así varios kilómetros, por terreno rompepiernas, pero Aitor va muy justo. Ya nos pillará en el camino…

Por fin llegamos a una pista que conduce a un cabezo/pinar y rodamos tranquilamente. Al fondo le veo. Bajamos el ritmo pero no va acortando distancia, hasta que llegamos

al inicio de la subida. Sendero, repechos y apretar dientes…

Empezamos a subir y aquello inclina cada vez más hasta convertirse en un sendero/cuesta que supera ámpliamente el 20% (no se cuanto, pero bastante más del 20%). Suerte es corta…

Voy ganando metros y oigo a Samuel jurar. Se le ha salido la cadena.

Yo:-«Te espero arriba…»

Sam:-«Si, sigue…»

Arriba hay gente animando (pero animando como si fueran hinchas de verdad… que gusto de público!!!). Arriba el sendero continúa subiendo pero y a de forma «civilizada» y en dos minutos tengo a  mi compinche detrás.

Continuamos ascendiendo, de sendero en sendero hasta llegar a la cumbre y empieza una bajada por pista estrecha que termina en un santiamén para volver a ascender por sendero.

Y bajamos… y volvemos  a subir y subir y subir….

Pillamos a un par de tipos. Uno de azul con una Canondale y uno de verde.

Charlamos con ellos mientras terminamos la subida y hacemos grupo.

Toca bajar y en una de las curvas, está la alfombra de cronometraje. Seguimos bajando por un sendero hasta que se abre y pasamos a una pista.

El de Azul, se pone primero, yo segundo y Samuel tercero. Al de verde lo hemos perdido en algún momento y no me he dado cuenta.

Tira un par de kilómetros y como no cede, le digo, adelantándolo:

-«Voy, te relevo!!»

Y justo en ese momento, curva y pista buena.

Un kilómetro más adelante está el avituallamiento.

Estamos un ratillo pero, de Aitor ni noticias, así que seguimos.

Nos meten en un sendero, del que tengo recuerdos 2encontrados».

Por un lado recuerdo que era muy técnico y divertido (tal vez un pelín… peligroso??) y por otro que en la edición anterior, ahí me saltó un «plastón» de barro, al ojo, que tuvieron que atender los chicos de la DYA.

Hoy no ha llovido así que… no hay peligro de barro!!

Voy delante. Miro atrás y veo que el de azul va haciendo la goma y apretando dientes.

Yo: -«Vais bien??»

Sam:-«Sí, tira…»

Azul:-«Así pero no más… voy a tope…»

Yo voy disfrutando. Vámos rápido para ser sendero pero voy muy fresco y estoy gozando.

En un momento dado, el terreno «desaparece». Hay una cuesta abajo de unos dos metros muy vertical. Detrás escucho:

-«Ahhhhhhh, la bolaaaaa»

Mi rueda delantera ya está bajando y ya no tengo claro si volví la cabeza a mirar al de azul… pero si que sé, que el sendero, de un palmo de ancho, tiene a mitad de cuesta una piedra. Lo justo para que el grosor de la rueda pase por el resto de sendero… y  es tarde…

Todo se ralentiza y estoy volando

-«Que pifloyo me voy a meter…»

Caigo de cabeza con todo el peso en el hombro derecho…

Brrrrrrmmmmm!!!!! auggghhhhh…

Creo que me he roto el hombro… Mierda!!

A ver si me puedo mover…

Sam:-«Estas bien? Iñaki….»

Yo:-«Arggggggg. Me he hecho daño… Daño de cojones…..»

Consigo separar la cara del suelo y me pongo de pié. Me duele desde la cintura, al cuello…

Aparecen dos cliclistas y tengo que quitar la bici y mi cuerpo del sendero… otros dos y otros más…

Apoyo, mi mano derecha sobre el antebrazo izquierdo…. y pruebo a mover la mano, moviendo la muñeca.

Puedo usar el ratón… ufff, no es tan malo…

Intento mover el brazo… ¡¡DOLOR!!…

A que me he dejado la clavícula ahí…

Muevo, muevo y decido mover… hasta que se mueve… hombre que si se mueve… me hace poner caras parecidas a las del feo de los Calatrava pero… se mueve…

Ahí no va a venir nadie a por mí…

El de azul está sentado y dice que no puede continuar… hasta que pasados unos minutos decide levantarse e intentarlo…

En ese momento aparece Aitor, que no se entera de nada, como es normal (no ha visto nada y yo ya estoy esperando al de Azul).

Monto en la bici y cada bache es como si me clavasen un florete en el hombro… madre madre…

Llega una cuesta arriba, nada, corta… tengo que tirar del manillar para hacer fuerza y creo que me voy a desmayar… me mareo… «Cagüen todo» que dolor…

Pero por fín estoy en la pista junto al río. Sé que quedan unos 16 kilómetros hasta meta…

A samuel se le empiezan a subir las bolas (los gemelos….) y va aullando…

Vamos a ritmo tranquilo, porque el dolor es considerable pero Aitor vuelve a quedar atrás y lo perdemos… pero Ahora no puedo esperar.. voy roto… literalmente.

Llegamos a la parte baja de Lerín y hay unos chavales en un avituallamiento.

Samuel, tiene mucho dolor y tiene que bajar de la bici.

Aparece Aitor y se va por delante…

Samuel vuelve a montar y seguimos despacio.

Atravesamos un corto sendero  en el que vuelvo a marearme y volvemos a una pista cuesta arriba. Allá va Aitor.

500 metros después estoy junto a Aitor, que decide ir a la plaché (si es que…) mientras yo pregunto por ambulancia y me dicen, que, arriba, en el pueblo.

Samuel me dice:

-«Venga subimos y que te miren eso…»

Yo:-«quedan 4 kilómetros no?? Venga, hay que terminarla…»

Nos vuelven a sacar por una pista y empieza una cuesta suave. Adelanto a uno, a otro… mientras voy recitando algo parecido al título de un libro escrito por un tal Salman Rushdie.

No es que jure. es que no lloro por vergüenza.

Y de repente Samuel se pone a Bailar la Yenca!!!

-«Para, para , para, paraaaaaaaaa..!!!!!!, Se me ha subido el muslo, y la bola  ARRGGGGGG, y se me ha bloqueadooooooo, la rodilla!!! Ayyy!! Ayy!!!!!»

No puedo atenderlo. Bajo de la bici con el brazo colgando. Tengo el cuerpo como si no hubiera andado en bici pero el hombro… como si lo hubieran pasado por una turmix…

Me río… es tristemente cómico…

Samuel tirado en el suelo tripa arriba, cual cucaracha tras el impacto del insecticida y yo de pié mirándolo, pero no puedo hacer nada.

Yo:-«Sam, nos volvemos, llegamos al pueblo y subimos como sea, no pasa nada, venga…»

En esto pasa un tipo y ve la escena. Va roto, el pobre y para. Le da el botellín de acuarius a Samuel y le dice que se lo eche por las piernas, que le aliviará…

-«Uhhh?»

E increíblemente… Samuel, cual Lázaro, vuelve a andar.

Sam:-«Venga que la acabamos…».

Ahora vamos por un camino en buen estado y dejo el brazo apoyado sobre mi muslo para que, el hombro, no soporte el peso,  con lo que casi no me duele, y me da pena Samuel.

Queda una cuesta de un par de kilómetros…

Sam:-«Vete, si quieres esperame arriba o sigue y que te miren el hombro anda…»

Sam va en molinillo y yo en cuanto tengo que agarrar el manillar con ambas manos, vuelvo a sentir la necesidad de maldecir todo lo que se me pasa por la cabeza…

Llegamos arriba y vuelve a cerrarse en un sendero…lleno de raices de árboles…  Esto es una penitencia que ya quisiera algún sevillano en semana santa… (ni una bula papal quita tanto pecado…).

El sendero termina en una serie de toboganes con raíces que ya me hacen gritar a cada salto y Samuel me anima, hasta que por fín llegamos al pueblo y atravesamos una pasarela metálica.

Continuamos por calles cuesta arriba y nos avisan. de que llega, lo que Aitor después llamaría: «El turruntero de este pueblo»

-«Dale, Dale!!!»

Yo:-«Venga Samuel que ya estamos Venga, fuerte!!»

Aprieto dientes y subo como si fuese llano. Hasta me sorprendo de lo fácil que he subido pero miro al lado… miro atrás… y allí esta mi amigo, en su particular guerra con los gemelos subiendo el cuestón aprentado dientes.

La gente anima.

Una mujer:

-«Vengaaaaaaa, que está ahí la metaaaaaaaaaa, vengaaaaaa, tiraaaaa, mozooooooo tiraaaaaaaa»

Hasta que Samuel se me pone a la par y la mujercica:

-«Mialos que majooooossssss, mialosssssss que se esperaaaaaaaannnnn»

Cien metros después atravesamos el arco de meta agarrados del hombro del otro (del bueno).

Avisamos de que necesito un médico y un voluntario me lleva la bici. El hombro me va a reventar y la ambulancia ha ido a trasladar a un tipo con clavícula rota (ya verás ya…que no sea un presagio).

La ambulancia nos va a esperar precisamente donde hemos aparcado y allí acudo. Mientras voy andando parece que liberar la tensión del brazo relaja la zona y me duele menos…

Casualidad, está llegando la ambulancia y me encuentro a mi ex-alumno y amigo Xaba (brócoli…jejeje) al que recibo con un afectuoso

-«Si me abrazas, te doy con la mano abierta en la cara!!! jajaja»

Finalmente parece que no hay nada roto, si acaso fisura me dice el médico que me administra un par de nolotil.

Mientras compartimos batallas con Diego, Feli y roberto que han llegado antes, se me relaja algo más y parece que el medicamento va haciendo efecto.

Finalmente llega Aitor, Guillermo y Marta.

Cuando acabo de ducharme  acudo a la plaza. Marta ha sido la segunda mujer en llegar y tiene derecho a trofeo!!!

!!Ole por la secre!!

Saco unas fotos, y vamos a comer en el polideportivo, mientras hablamos de la bonita mañana que hemos pasado.

Por suerte.. queda casi un mes para la siguiente (Alsasua) y el hombro va a estar curado (SI… o SI).

Ah… y me olvidaba de David Irigoyen, que también se cayó y tuvo que retirarse con el hombro perjudicado… un saludo y que te  mejores!!

P.D: De la prueba de Lerín y sus organizadores, aprendimos mucho el primer año que acudimos y este año hemos vuelto a aprender cosas que intentaremos aplicar a nuestra prueba.
Creo que tiene un mérito especial, lo que la asociación Ibaigorri consigue en ese pueblo y un público que anima como si fueran las olimpiadas. Mi admiración y la de mis compañeros por semejante alarde de buen hacer.

 

Crónica: Maratón de los Monegros 2014

-«Que no se me olvide la comida…»

Faltaba poco para las 8:00.a.m. y yo repasaba mentalmente todo lo que tenía que llevar, hasta que me doy por vencido. Lo que no recuerde ahora, no lo voy a recordar, así que pillo la camelback, la mochila de la ropa, la bolsa de la comida… y acudo al Hangar del «KarroKarrikiri».

Soy el primero en llegar pero un minuto después aparecen Chelu y Guillermo cargados con  bicis de terceros,su propia maleta y demás enseres.

Montamos las bicis, enganchamos el carro a la furgoneta y sobre las 8:20 a.m. estamos camino a Sariñena.

Conduce Jarauta, copilotado por Sierra. En segunda fila de asientos, Marta, Feliciano y yo, y atrás van Chelu y Guillermo.

En otros dos coches nos acompaña el otro equipo (el de la media maratón («The Goin Brothers» más un amigo suyo de Tudela y el apoyo de Raquel).

Una vez en Sariñena, se nota el jaleo. Seremos unos 6700 ciclistas en tomar la salida y hay que acomodarlos a todos…

Entremos en el recinto y lo primero son los dorsales, tras lo cual nos dedicamos a las compras y esas cosas.

Visito a los chicos de RockTheSport, que están trabajando para solucionar cualquier incidencia y tras eso… a poner los carteles de la Night & Bike 2014.

Hecho el trabajo…toca comer.

Son casi, las 11:30 a.m. y hay que zampar. Solo quedan dos horas para la salida.

Media hora después comienzan las prisas…

En la maratón, dicen, que salen unos 5000 Bikers, con lo que hay que llegar cuanto antes a la parrilla de salida para no empezar desde muy atrás (puede suponer muchos atascos, agobios y accidentes).

Nos cambiamos a todo meter y vamos a la salida. !!!Esto está hasta arriba!!!

Empezamos a ir hacia atrás y más atrás, hasta que Marta ve un hueco… y digamos que nos metemos…

Estamos a mitad de parrilla y queda una hora aún.

Feliciano dice que va a intentar tirar fuerte, mientras el resto decidimos pasar el día juntos.

13:20, Se pone a llover y decidimos ponernos el chubasquero.

13:30 Se da la salida y vemos, al fondo, como los primeros salen disparados mientras nosotros seguimos parados…hasta que pasados unos minutos, empezamos a movernos muy despacio…

Tenemos suerte y pasamos el embudo del pueblo sin parar. Marta, Guillermo y yo vamos tirando hasta que nos damos cuenta de que el resto no está así que reducimos ritmo y dejamos que nos adelante gente hasta que chelu, Jarauta y Sierra enlazan.

Al principio hay varias zonas de charlos que ocupan todo el camino e intentamos esquivarlos y/o pasar lento para no mancharnos, pero dado que otros acaban salpicando… optamos por pasarlo bien :-).

Toca zona contra el viento e intento pillar rueda y que el resto del grupo me siga pero apenas acelero, me indican que baje ritmo… me toca tirar a mi solo contra el viento… argggg.

Pasan los kilómetros y la situación se repite varias veces, y me desgasta pero bueno, vamos avanzando.

Pasamos «el río» y este año nos encontramos la sorpresa de que ¡¡está cementado!!. Lo que antaño era un atasco monumental ahora es un charco más en el trayecto.

Continuamos y vuelvo a tirar del grupo en pos de una rueda a la que seguir pero… seguimos igual… con cada acelerón para pillar una rueda que vaya a un ritmo que me guste y me permita descansar… me indican que baje ritmo y tengo que volver a tirar contra el viento…

Entramos en la zona de polvo y se forma tal tormenta de arena que apenas se ve delante, pocos metros.

Paso encima de una grieta y pego un grito avisando pero es tarde. Marta casi se la come y un tipo que se ha metido en medio de nuestro grupo, mete la rueda de lleno y cae al suelo. Guillermo que va inmediatamente detrás, decide rematarlo con un golpe de rueda en el costillar del caído, sin pensar que eso… le hará saltar por los aires.

Escucho gritos detrás de mi, y al girarme veo un atasco de gente que intenta no atropellar a los accidentados.

Por suerte, ambos se levantan por su pié y corremos a ver que tal están mientras se retiran del camino.

Parece que están bien y el mozo no le tien en cuenta el golpe de rueda a Guillermo.

Conforme avanzamos,vemos muchos accidentes de participantes. Entre tanta gente… siempre hay percances.

Llegamos al primer avituallamiento y nos detenemos.

Nada más salir de nuevo a carrera, empieza una zona de aproximadamente 8 kilómetros de ascenso a la sierra.

Los primeros cuatro son de poca inclinación, pero los últimos van adquiriendo inclinación y por doquier se oye ruido de cambios, ascendiendo piñones.

Pongo un ritmo cómodo y empiezo a adelantar a gente y más gente (Me crezco…a ver si resulta que soy escalador…jijiji). De reojo, veo a alguien que no me deja la rueda y termino por mirar quién es… Si es Marta!! y le sigue Chelu!! que bien.

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De Izquirda a derecha:Chelu, Marta y yo

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De Izquierda a Derecha:Chelu, Marta y yo

Ascendemos hasta arriba juntos y esperamos al resto que llegan en unos minutos para proseguir en grupo.

Toca zona de falso llano para terminar de nuevo con otra rampa. Las caras dicen que hace daño. Mis sensaciones son buenas.

Arriba hay un avituallamiento, y esperamos a reunir de nuevo.

Alguno que estuvo el fin de semana anterior enfermo, parece que aun arrastra secuelas y llega fastidiado.

Marta le ofrece que cambiemos a la ruta corta y eso le llega a la alma:

-«Yo he venido a hacer la larga y la terminaré!!»

Tocan unos cuantos kilómetros de bajada y disfrutamos de la zona, si bien tenemos que lidiar con bikers que se cruzan sin avisar (alguno se llevó algún grito y una muestra de mano abierta destino a su cabeza…), accidentes y demás…

Kilómetro 58. Avituallamiento sólido. Nos detenemos a zampar.

Bocadillo de atún con mayonesa (no es lo mas digestivo pero había hambre), plátano y bebida.

Mientras comemos, llega, el amigo de Jarauta que nos acompañó en la Javierada y dice que va fastidiado…

Mi teoría es que todos los que estamos participando sabemos que a media tarde va a llover y si te pilla antes de cierta zona arcillosa… lo vas a pasar mal, por lo que la gente ha empezado realmente fuerte y ahora se pagan als consecuencias.

Volvemos a montar en bici y aunque Marta me dice lo contrario, se que toca falso llano ascendente con viento en contra durante unos 15 kilómetros…ufff

Esta vez Marta me va haciendo relevos y me empiezo a notar flojo… será la digestión?? esperaremos…

Cuando llevamos varios kilómetros, el grupo parece que va repuesto fuerzas y empiezan a dar relevos con lo que podemos descansar mejor.

Llega una zona de toboganes (cuesta arriba, casi llano, cuesta arriba casi llano…) e intento dar mas relevo para que alguno  que sé que va justo no tenga que hacerlo y veo como voy desgastándome de forma importante…

Finalmente llegamos a una curva, donde otros años había una cisterna repartiendo agua y dejamos el viento de forma que nos da lateralmente… algo es algo.

Llega la zona que más temo. Es una sucesión de toboganes que se hace interminable y soy consiente de que es donde más desgasta la ruta.

…Y efectivamente la gente va hecha un trapo. No pillamos una rueda decente ni por asomo, así que vamos avanzando mientras otros se meten tras de nosotros…

En medio de una cuesta, paramos un minuto a tomar un gel y proseguir… esto me ha levantado en el aire!!

Continuamos así kilómetros, hasta que finalmente llegamos al último avituallamiento, donde volvemos a parar a comer algo.

Quedan 30 kilómetros aproximadamente.

Salimos que queda algo de ascenso, suave pero se ve con otros ojos, a sabiendas de que en pocos kilómetros tiene que llegar el descenso.

Efectivamente, empezamos a bajar y Marta con Guilllermo van tras de mi. Unos metros más atrás Jarauta, Sierra y Chelu.

Se me ocurre decirle a Marta:

-«Leí que los que hagan menos de 5 horas es diploma Oro, hasta 6:30 es plata y hasta 8:30 creo que bronce…y el resto…pos nada, claro…»

-«Como?? Venga vamos…»

-«Estoy muy desgastado… vamos a exprimir ahora??»

-«Venga vamos…»

Cambiamos RADICAMENTE el ritmo a nos ponemos mano a mano a darnos relevos.

Posiblemente sean los kilómetros de mi vidaa ciclística en los que más desgaste haya sufrido y en los que más haya tenido que tirar de fuerza mental para no pararme…

Rodamos a unos 35km/h y adelantamos a un número ingente de participantes que van casi parados.

-«Voy por la izquierda, voy, voy voy…»

Tenemos que ir advirtiendo para que nos dejen paso y no provocar incidentes…

Cae alguna gota suelta, nada solo una advertencia… peor estamos acabando la zona de polvo, BIEN!!

Llegamos a un camino asfaltado y me toca relevo… lo doy todo… 44 km/h… hasta que me vacío y Marta me sobrepasa.

Un tipo, majo… iba tras de Marta y quiere seguir ahí…

-«Marta, deja paso que quiere pasar…»

El tipo: -«No, no… que voy muy bien aquí…»

-«Pues mira… esta rueda es mía así que arreando y sino a dar relevos!!»

Y el tipo… optó por NO dar relevos…

Marta va disparada y yo voy en reserva… cada kilómetro de viento comido anteriormente… me viene ahora para decirme: Para… ya no hay gasolina.

Quedan 15 kilómetros y seguimos dando fuerte… y toca subir una cuesta asfaltada.

Voy reventao peor me crezco al ver que seguimos adelantando gente y no nos adelanta nadie… Venga vamos!!!!

Marta, me ve flojear y me grita:

-«VENGAAAAAA, ULTIMO ESFUERZOOOO, Venga….»

Agacho la cabeza y le digo:

-«Vete… no puedo» y bajo a 21 km/h. Eso es gloria… y aun adelantamos a la gente…

-«Como?? Vengaaaa!!!!!»

Y no se aun porqué… le hago caso… 28……29…. 30 km/h…..

QUEDAN UNOS 6 KILÓMETROS  y vamos por un camino/pegredal de grava aragonesa (cada canto de espanto, oiga) y parece que nos han dado fuego…

-«Venga, ya se vé el pueblo!!!»

Continuamos adelantando y alguno «se pica» al ver a Marta adelantándolo a semejante trote pero… nadie arranca…

Al fin, entramos en los últimos 100 metros por los arcos y vemos la meta.

-«Dame la mano!!», Me dice Marta

Y entramos  con la mano en alto y una sonrisa en la cara….

Paramos y esperamos a que vengan estos pero empieza a llover más y decidimos ir a cubierto, no sin antes parar a por una cerveza.

Ya en el cubierto, esperamos y al rato aparecen nuestros compañeros, de los que alguno ha pagado el esfuerzo en relevos, ( y el estar malo el fin de semana anterior).

-«Creía que no llegaba!!!, ganas de llorar tenía oye… que dolor….»

Estamos contentos… aun parando en todos los avituallamientos hemos hecho 5:30 horas lo cual está muy bien para nuestro nivel…

Vamos al coche a por la maleta y una vez en las duchas descubrimos LO MEJOR de esta edición… HAY AGUA CALIENTE!!!

Al rato aparece Feli, que el pobre había llegado antes y estaba esperándolos en la meta pensando que no habíamos llegado!!!  Es un campeón.

Ya relajados vamos a por la comida, de la que damos buena cuenta y decidirnos volver a casa tranquilamente.

Entraba en casa cerca de las 12 de la noche, bastante cansado, pero contento…

P.D:  Mi lección aprendida…El año que viene… vamos más rápido al principio pillando rueda…y tirando menos… para cansarnos menos… y seguro que además mejoramos tiempos…

GR99 – La ruta del Ebro

-«Vas a necesitar varios tomos para esta crónica!!!…»

Me decían mis compinches durante la ruta.

Y es que el día fué largo, completo y si contase todo… probablemente tuvieran razón.

Pero mis aptitudes de literato no son para el premio planeta, y por tanto no merece la pena dedicar tanto tiempo y esfuerzo, con lo que os tendréis que conformar con este resumen.

Domingo, 6:00 Zulu, Murchante City

No puede ser…. ya suena este maldito cacharro??  codazo al costillar. arrrgggg….

Ella también lo ha escuchado… todas las veces…

Me levanto.

Desayuno con fruición. Vete a saber si la ruta se complica hoy… por si acaso… que me quiten lo… tragao.

7:00 Zulu – Hangar de vuelo Karrikiri (cochera de Jarauta vamos…)

Todo cargado?? Pues arreando… Destino: Logroño.

….

1 hora más tarde estamos descargando las bicis del «Karro Karrikiri» (con muchas «Ks» como el de 8 apellidos vascos…) y miramos a nuestro alrededor.

¿!¿!¿!¿Es que en este «pueblo» no madruga nadie????!?!?

Finalmente un transeúnte «paseaperros» aparece y preguntamos, donde está el Ebro.

8:30 Masai, Ribera Logroñil del Ebro…

Aquí empieza la ruta, esto está perfectamente balizado así que no hay pérdida, decía Sherpa-Guillermo… (cagüen toooooo!!!)

Bueno… a lo que estamos…

Cinco minutos después, tenemos claro que esto de balizar se lleva muy mal en la rioja (de vino saben de pero de poner postes….un carajo…y eso que el «emparrao» lleva unos cuantos…). Nada que sin salir de Logroño y tras dos postes… acabamos preguntando a un paisano…

Resultado: No tiene ni idea…

Otro poste!!! Allí!!!! Venga que ahora sí!!!!

Finalmente salimos de Logroño y nos topamos con «LAS OBRAS».  Una carretera, o algo con muchos carriles, a medio hacer, que demuestra que para hacer… tienen que deshacer otras cosas y parte de lo deshecho son… muy bien: «los postes de balizado». Se lo han cargado toditos todos…

Que si voy que si vuelvo que tira pa´tras aun más…

Oigan que esto se corta!!!!

Una hora después… encontramos un poste dichoso.

Ya está… si es que ha sido un principio complicado pero AHORA SI… AHORA…

Esto se corta y acaba en el río.

Será posible…

Pues por esta carretera…venga dale.

Me pongo primero, Guillermo detrás y seguido Chelu, Jarauta, Sierra y Patxi que cerraba el grupo de hoy…

-«Vamos a recuperar el tiempo en un plis plas , verás como pongo  yo orden aquí…»

Agacho la cabeza y pongo plato… acelero….

acelero…

y acelero….

Y al fondo de la carretera aparece un tipo.

En medio del asfalto…

-«Parece… pero no».

COÑO!!! que lleva un escopetón!!!

Voy frenando.

Es la entrada a la base militar o lo que sea eso… pero el tipo lleva escopetón y ropa de camuflaje.

-«Que buscábamos….»

-«Sí, si… tirad por allí empalmais con esa otra carretera, pasáis el pueblo y volvéis a tomar la GR que a partir de allí ya está la cosa mejor y tal…»

Si la cosa está mejor… pues oye… venga vamos…

Vuelta atrás… sube puente (en obras) cruza dos rotondas, baja y a rodar con la carretera…

Jarauta dice no se que de que lleva 30 euros… de que hablará… Seguimos…

Por fin volvemos a camino…. y se corta

-«Que estaba balizado… que no había problema…. Llevamos dos horas y veo Logroño ahi.. al fondo…»

Junto a nosotros, un río que desemboca en el Ebro, no se puede pasar…

Al otro lado, la verja final del acuartelamiento /»peña del escopetón».

-«Que hacemos??»

Aparece una furgoneta con dos tipos a los que Patxi aborda.

10 minutos mas tarde…

-«O subimos al otro lado de la carretera, ascendemos la loma y bla bla bla…. o cruzamos el río…»

Nos miramos entre nosotros y nos acercamos a la orilla.

Patxi: -«Esto no se puede cruzar, que la corriente se te lleva  y mira que ancho y profundo y… medirá 10 metros de ancho… por lo menos y….»

Chelu: -«Venga calcetines fuera y a cruzar!!!»

Sierra y Jarauta, le miran con media sonrisa pensando que es broma al Tudelano…

Mientras Patxi le mira esperando que se ría y le diga que es una broma, Chelu y yo ya estamos en el agua.

-«ESTA CONGELADA!!! MADRE QUE FRÍA!!!»

La corriente es fuerte y me desplaza la rueda trasera de la bici haciendo que el plato se me clave en el tobillo…

-«»YABABADUUUU!!!!! ME cagüen tooooo…. aisss aissss aissss»

Salgo del agua con los pies insensibles y el tobillo «agujereao» por los dientes del plato…

Miro atrás y Jarauta está en medio del río, junto con Patxi.

Guillermo, el sherpa, se lo está pensando.

Le toca el turno a Sierra  y cuando está a medio río, Guillermo despierta…

-«Si a Carlos le cubre por ahí…a mi me llega al cuello!!!»

Entre risas y fotos terminamos de ponernos los calcetines con los pies helados y esperando que vuelvan a caldearse.

Y ahora… que?

Seguimos….

Montamos en la bici y cien metros más adelante hay un caminico. Unos kilómetros más adelante hay un pueblo

Patxi:

-«Fijaros la torre del campanario, está inclinada en dos ejes porque…»

Guillermo:

-«Eso lo pillo yo y son dos viajes de bañera…»

Salimos del pueblo y poco a poco, parece que enlazamos postes hasta le siguiente pueblo.

Hay que parar y comer algo, a la vez que aprovecho para quedarme de corto (primer día del año totalmente de corto…BIEN!!!).

Salimos del pueblo (no me preguntes su nombre… uno raro…) y avanzamos unos kilómetros a buen ritmo hasta un cruce.

Un camino con cartel de 2prohibido camino privado» otro algo antes, un tercero en cuesta y un cuarto en cuesta bajo un túnel…

Tras probarlos todos… acabamos por el camino prohibido, con la suerte de que un paisano nos confirma que es por ahí… (y los postes?? donde estaban los postes…??).

Unos kilómetros más adelante:

-«El hombre del patrol había dicho que cruzásemoa la vía, pero hay un poste por ese camino en mal estado… hay que seguir los postes no…???»

500 metros después, volvemos sobre nuestros pasos (pedaladas) a cruzar la vía…. si es que, si es queeee….

Continuamos por un camino, en cuya margen derecha se eleva una serie de cortados, desde los que unos buitres nos vigilan. Muy bonito, la verdad.

Poco después, salimos de esa zona y volvemos a acercarnos al Ebro para llegar a otro pueblecillo. De los postes…. ni noticias por carta oiga…

Paramos a un «hombre en C15» : NI IDEA, pero de joven que si era por aquí y por allá para ir a Lodosa y… que igual que estábamos oiga…

Guillermo le pregunta a un Marroquí que conduce con su hijo en un camioncico. Lo único que tiene claro es que por el camino de enfrente… NO.

Conclusión… de los 3 caminos… vamos por el de enfrente… porque es el más lógico…

(A todo esto Patxi está relacionandose con un agricultor local en busca de datos de ruta).

500 metros más adelante, y a la vez que Patxi bracea con gesto de NOoooo, por aquí no es… QUE SE CORTA aquí mismo…. y mientras el Marroquí se nos queda mirando, sin entender un carajo… tenemos que dar la vuelta

(eso si… sin mirar al marroquí que se tiene que estar partiendo la caja…).

Pues entramos al pueblo y preguntamos…

No hacemos más que entrar al pueblo y Chelu  (si fuera apache le llamarían: «Ojo de Águila»), avisa:

-«Mirad!!!! Porahí»»» (la calle más empinada y estrechica de todo el pueblo. que digo… de toda la comarca!!!!

(en una fachada había una placa del 10 cm de largo por 5 de alto con la señal de la ruta… vamos… para miopes…)

Subimos la cuesta y arriba del pueblo se ve una carretera que sube, y sube. Ya verás como es por ahí.

Y efectivamente. Allá que vamos carretera arriba (todo balizado deciá…. todo bali…leches!!!).

Arriba un cartel maravilloso: «Bienvenidos a  Navarra».

Guillermo:

-«A partir de auí ya estará mejor balizado y tal….»

Desde arriba se puede ver el Ebro hasta varios kilómetros de distancia, «el nacimiento/inicio» del canal de Lodosa…

Empezamos a bajar y se me pone la sonrisa en la cara… el camino se estrecha hasta quedar en un minisendero con inclinación importante… Allá que voyyyy!!!

Llego abajo y espero al resto que… (bajada censurada por orden ministerial o parecido…).

Nuevo Testamento (sí que se va a alargar esto, sí…)

Bien, por donde iba..

Ah sí…

Antes de Llegar a Lodosa, nos volvemos a perder gracias al mágnífico balizado de postes Navarros.

Obligamos a un pobre seños enbici que pasea a su hijo, a decirnos por donde continuar y nos olvidamos de los postes…

Conclusión: «CANAL DE LODOSAAAAA» (si quieres ir a Lodosa…. casi que ir al lado del canal verdad.).

Llegamos a Lodosa y ya con la experiencia que da el haber preguntado mas de setecientas veces en un mismo día, Guillermo apresa a una pareja mientras el resto le esperamos

bajo la señal que indica donde va la ruta.

Otro pueblo, y estamos perdidos. Solo ponen postes donde es recto y es imposible perderse. Ahora si, para los cruces no hay presupuesto.

En el puente de entrada, chelu pregunta a un mozo que va en bici.

Resultado:

  • El mozo está perdido
  • El mozo está reventado
  • El mozo es de Calahorra y no sabe in por donde le da el viento
  • El mozo se nos junta.

Seguimos avanzando y de vez en cuando miro para atrás. Allá al fondo se ve al mozo que nos sigue mas mal que bien… y nosotros no podemos aflojar mucho (aunque lo hiciéramos) porque nos vana a dar las mil…

Un porrón de kilómetros después, a una media de 27 km/h (para esperar al mozo…) aparecemos a la entrada de San Adrián. Nos merecemos un descanso. Llevamos 80 Kilómetros y como la ruta continúe así, no te quiero contar.

Una caña / bebida de cola (si quieren publi que nos patrocinen «la Night») después. Montamos en la bici de nuevo.

A un paso Calahorra, vamos cosa de tres kilómetros. Venga chicos que esto está hecho.

20 kilometros después. Estmaos al lado de Calahorra. Por seguir los postes, que aquí si que hay y puestos para ver la ciudad desde todas sus vertientes. No haremos comentarios ni recitaré lo que «Ojo de Águila» iba diciendo por el camino

pero al alcalde de la ciudad le tenían que pitar los oídos SI o SI (culpa tendrá el pobre hombre…).

Por fín, vemos desaparecer poco a poco la estampa de esa población. Nuestro próximo objetivo Alfaro.

Alfaro tiene ruedas. Creedme. No había forma de llegar, pero al fin. Nos plantamos en la población.

Hace un calor de tres apres de narices y nos detenemos junto a unos pinos.

Patxi, atraca grita a un transunte que va por la otra acera con una bolsa de plástico en la mano:

-«Eso que llevas es fruta, ehhh??????»

El hombre espantado solo acierta a cabecear en sentido negativo y aprieta el paso y la mano con la que agarra la bolsa.

Un par de minutos después montamos en las bicis y unos cientos de metros más adelante volvemos a ver al hombre que esconde la bolsa….jijiji

Salimos de Alfaro en dirección a Castejón por una carreterilla que discurre paralela al Ebro hasta el polígono.  Los brazos de algunos, entre los que me incluyo,

están cambiando de color a modo de camaleón, hacia un rojo teja de esos que por la noche no te dejan dormir con el solo roce de la sábana (lo sé, la protección en este tiempo ya es necesaria y tal…).

En castejón atravesamos el polígono en busca de la pista que, cruzando los dominios de «La Sebastiana», nos acercan a la Ebro Química. Nunca pensé que ver esa fábrica me haría tanta ilusión. Y a «Ojo de Águila» ni te cuento!!!.

Poco más tarde despedimos a Patxi para terminar subiendo a Murchante tras 148 kilometros de ruta «balizadísima y sin problemas».

 

P.D: Demostrado. No hay que ser J.R. Tolkien para rellenar un montón de líneas. Eso sí con mucho menos acierto, claro está.

P.D2: Ni falta de ortografía, ni nada, esto ni lo reviso. Se publica tal y como está que estoy frito de la ruta y de la crónica!!!!

P.D3: Pero aun ahí…. no te da vergüenza perder el tiempo con estas cosas?… No tienes amigos??? sal de casa anda… tira!! fuera!!! anda a echar!! fus fus……

 

Yerga…again

Abro un ojo… me duele todo!!!

Mis riñones parecen recién pasados por una picadora de carne…

Hoy vamos a Yerga (esto empieza a parecerse a la película del día de la marmota aquella…). La verdad es que la ruta es chula pero en un invierno subir cuatro veces… (cuatro? sí, creo que sí…).

Pero esto es así, y como solamente andan andanadas de viento tipo Katrina… disfrutemos de la mañana…

En el parque esperábamos multitudes (miles y miles de bikers) esperando acompañarnos, pero vino Chelu, después Guillermo y Dani con Iñigo (hoy nos acompaña por primera vez)… un grupete de tudelanos (Bauti, Diego y Patxi) y finalmente Samuel que casi se queda a ver a Alonso. Ah, es verdad… un dolorido Iñaki, estaba por allí, aun preguntándose porqué tenía que haberse levantado a esas horas para seguir auto-flagelándose los riñones…

Como dijo una vez Confucio (o fué Samuel…):

-«Un Karrikiri no se rinde nunca. Si hace falta, pedalea con las manos!!!»

Y repitiéndome la frasecita una y otra vez, bajamos la cuesta para pasar junto al almacén de Jisman…

Con un viento de esos que nunca quieres para andar en bici, pasamos por el estrecho y el boquerón. Poco más tarde estamos en Cintruénigo.

Salimos del planeta Cirbón, por carretera, hacia Fitero, pero poco dura nuestro rodar por asfalto, ya que en el cruce con desvío a Corella, nos metemos por un camino (y que camino…) ya enfilando hacia Yerga.

A decir verdad, el camino, cuando es en sentido descendente es una gozada. Saltos, pedrusqueros, grietas (para saltarlas…) y un sin fin de «particularidades» que lo hacen… «diferente».

Ahora, a la hora de subirlo, es otra cosa.

Cuando no se le mete una mata voladora a uno en el cambio, saltaba una piedra disparada por la rueda de otro o alguien metía la rueda en algún socavón y tenía que poner pie a tierra. Pero… esto es mountain bike…

Doler, duele, pero como si del rosario se tratase, voy recitando la frase/mantra de Samuel a ver si con eso me olvido de los riñones.

Pasamos la carretera de Alfaro-Grávalos, mientras Guillermo nos señala la localización aproximada del Hotel Palafox, por si alguno quiere ir a almorzar…otro día…

Un kilómetro y pico después de cruzar la carretera, estamos disfrutando de una barrita. ahora empieza lo bueno.

Arrancamos de nuevo, y encaramos el trozo más duro de la mañana. Son unos tres kilómetros de rampas más duras que las del propio monte Yerga. Las piernas me responden así que voy dándole, pero a cada pedalada
ni mantra ni tontadas!! Se me parte la espalda!!

Aguanto la parte dura, pero tengo que bajar el ritmo y ya…

Bauti, Diego e Iñigo se van y bajo el ritmo agachando el torso para estirar los musculos… «Cagüen tooo»

Subo tranquilo. Quedan casi 10 kilómetros de subida así que ya me pillarán y subo con el resto…

No vienen… Y me como todo el viento…

«Un Karrikiri no se rinde…. »  si pillo aquí a Samuel… le arreo con un canto rodao…

Finalmente, solo me como todo el viento y subo hasta arriba.

Yo: -«Llevais mucho rato?»

Diego: -«Hombre llevamos ya unos minutos… hemos subido a saco…»

Yo: -«Pues algo ha pasado por detrás porque me tenían que haber pillado. Vamos a ir bajando…»

Descendemos desde el repetidor a la pista y al poco nos encontramos con el resto que suben.

Unos han ido a su ritmo y otros han tenido mal día subiendo… pues si que estamos bien..

Pido algo para el dolor y el boticario, Chelu, me da un ibuprofeno (creo porque me lo tomé sin mirar mucho…). Samuel que anda con dolor de cabeza también tira de botica.

(pensando ahora, seguro que le dolía por las maldiciones que le echaba yo subiendo acordándome de la frasecica… a ver si voy a ser como los santeros del Budú…)

Samuel quiere estar en casa a la una. Quedan 40 kilómetros, con una bajada muy muy mala, un camino divertido pero complicado…. y son las 11:45.

Diego:-«Imposible Samuel..»

Empezamos a bajar y pese a que Diego advierte que es mejor por la otra bajada, yo me empeño en descender por donde hemos subido. En mucho peor estado y más revirada en pos de un menor kilometraje
para llegar antes… al poco estoy convencido… Diego tenía razón… pero ya no hay vuelta atrás.

A media bajada parece que la pastilla me empieza a hacer efecto y se me empieza a pasar el dolor… que biennnnnn.

Para cuando llegamos abajo, estoy como un chavalín… solo una leve molestia…. BIENNNNN!!!!!

Ahora tengo ganas de dar pedales y divertirme, que ya era hora.

Bajando, viento a favor, ganas de pedalear y un camino… divertido …. jujuju

Miro de reojo y tras de mi, Samuel, pedalea como loco para no perder coba… el marcador señala casi 60 Km/h.

Saltico, derrape, otro saltico… eeeeuhhhhhh la curva uffff…..

Y llegamos a la carretera de Alfaro. Ya hemos calentado…

Nos metemos de nuevo en el camino que lleva a Cintruénigo, y este tiene más tela…

De fondo se oye:

-«Suaveeeeeeeee, suaveeeeeeee….»

Y de rato en rato bajamos ritmo…  pero nos hierve la sangre bajando… que ganas de darle fuerte…

En Cintruénigo, queda patente que hemos calculado muy justa el agua y la mitad de nosotros NO llevamos ya nada en la mochila…

Gracias a Dani que nos deja dar un trago, reanudamos hasta casa, porque en ese pueblo, tienen cerradas todas las fuentes… (debe ser la crisis…).

Bajando por el boquerón, hay ganas de darle pero hay alguno con un bajoncillo y vamos regulando…

Por fin, llegamos a Murchante.

Qué horas es Sam:

-«La una en punto.»

🙂

¡¡QUE VIVA EL IBUPROFENO!!!!

Próximas salidas programadas (Primavera-Verano 2011)

Aqui estamos para presentar la agenda que hemos diseñado de las próximas semanas:

No quedan casi días libres y seguro que los pocos que quedan se nos ocurre alguna barbaridad… (¿ …subir el k2 en BTT?)

  • Jueves 21 de Abril (jueves santo y si el tiempo lo permite…) →   Salida por la Bardena (dicen los guías que entre 70 y 100 kmts) y costillada posterior.
  • Sábado 30 de Abril  → Orbea Monegros 2011(Maratón de 119 kmts por el desierto monegril!!!…y posterior cena y concierto…los que aguanten…Enlace al a web de Orbea Monegros 2011  (INSCRIPCIONES CERRADAS)
  • Domingo 15 de Mayo X edición de la Marcha BTT «Villa de Cintruénigo» → Serán 58 kmts. Mas información en la web del Club Ciclista Cirbonero
  • Domingo 29 de MayoV Edición 5 sierras de la comarca en Pamplona → Serán 65 kmts. para mas información entra… Club MTB Pamplona
  • Domingo 12 de Junio XVI travesía BTT Alsasua → Serán 51 kmts (con 1150 de desnivel positivo). Mas información entra… Club Ciclista Burunda
  • Domingo 26 de JunioXIII Ruta de los Dinosaurios en Arnedo→ Serán 73 kmts (atención: competitiva). Mas información entra… Club Ciclista Luck
  • Sábado 6 de Agosto → Calcenada (Vuelta a Moncayo) → Serán 104 Kmts. Más información entra…Reseña del blog

Si se nos ha olvidado acudir a algún sitio, no teneis mas que mencionarlo y vamos agregando rutas.

BYE!!!!