Mañana abrimos inscripciones

No te despistes!! si no quieres quedarte sin dorsal ni tampoco quieres quedarte sin gorra de recuerdo de la prueba, solo para los primero 150 primeros inscritos, ponte una alarma a las 8 de la mañana porque justo a esa hora se abren inscripciones de la VIII Night&Bike Murchante

Inscripciones pinchando aquí

Cartel VIII Night & Bike Murchante

Ya tenemos cartel para la siguiente edición de la Night & Bike Murchante, vamos por la octava edición y esperamos seguir acumulando muchas más ediciones.

Este año la fecha de la prueba es el 15 de junio a las 22:00 horas y las inscripciones se abren el día 1 de marzo, así que no te despistes y apunta estas fechas en tu calendario.

Un tema importante de esta octova edición es la parte solidaria. Si participas en la VIII Night & Bike estarás colaborando con la asociación Cris Contra el Cáncer, un euro del importe de tu inscripción será donado a dicha asociación.

Si eres empresa y quieres colaborar con la prueba puedes ponerte en contacto con nosotros en el email karrikiribtt@gmail.com

 

Abiertas inscripciones para la VII Night & Bike Murchante

Hola,

Te escribimos desde el Club Ciclista KarrikiriBTT de Murchante.

Acabamos de abrir inscripciones para la VII Night & Bike Murchante y no queremos que te la pierdas. Por si no te has enterado si te inscribes antes del día 24 de abril tienes la opción de comprar por 25€ un maillot de recuerdo de la prueba con un diseño exclusivo.

La fecha del evento es el día 9 de junio de 2018 a las 22:00 horas.

Las inscripciones son únicamente online y el plazo termina el día 25 de mayo o cuando se agoten las plazas disponibles, son limitadas, no te despistes!!

Para inscribirte pincha aquí.

El precio de la inscripción es de 17€ para federados y 22€ para ciclistas no federados. Te contamos que es lo que se incluye en este precio:

  • Bolsa del corredor con diferentes obsequios
  • Camiseta de recuerdo de la prueba con diseño exclusivo
  • Seguro de accidentes y responsabilidad civil del corredor durante la prueba
  • Dorsal personalizado
  • Asistencia mecánica durante la prueba, no se incluyen piezas únicamente la mano de obra de averías sencillas para facilitar la llegada a meta
  • Vehículos auxiliares en carrera
  • Amplio dispositivo sanitario y médico
  • Amplio dispositivo humano en cruces y puntos relevantes
  • APP de geolocalización GPS gratuita
  • Avituallamiento líquido y solido
  • Cena en la llegada
  • Servicio de duchas
  • Servicio de guarda bicis
  • Zona de acampada gratuita
  • Zona para auto caravanas

Como años anteriores la prueba cuenta con una serie de actividades, no solo para los participantes del evento, sino también para acompañantes y familias enteras. En b

Por último, contar que este año con tu inscripción estarás colaborando con una buena causa, con la FEDER Federación Española de Enfermedades Raras, donaremos 1€ de tu inscripción a esta causa.

Más información sobre el evento en Facebook

cartel_VII_NightBike_conLogos

Reabrimos inscripciones

¡¡ABRIMOS INSCRIPCIONES DE NUEVO!! Debido a las peticiones recibidas por mail hemos decidido abrir inscripciones desde este mismo momento hasta las 14:00 horas del día 1 de junio para todos aquellos que bien por trabajo, por despiste u otras razones se hayan quedado fuera. El precio de la inscripción es el mismo pero al estar fuera de plazo los inscritos ahora no tendréis camiseta de la prueba de regalo y no garantizamos poder dar bolsa del corredor. Inscripciones en https://www.rockthesport.com/evento/nightbikemurchante2017/inscripcion/cuestionario

Buscamos voluntarios

Te gustaría ser voluntario de la VI Night&Bike y ayudar el día 10 de junio?? Solo tienes que rellenar este formulario, es muy sencillo.

Los voluntarios de la prueba tendrán una cena caliente encargada en la food truck «The Food Factory» que se encontrará en la plaza ese día y una camiseta de la prueba de regalo.

Sin vosotros, los voluntarios, este día no sería posible, GRACIAS!

Reconociendo las nuevas rutas de la VI Night & Bike

Este pasado sábado 8 de abril el Club Ciclista KarrikiriBTT realizamos una quedada para animar a la gente a conocer los nuevos recorridos de la VI Night & Bike Murchante como viene siendo habitual hacer cada año.

Como sabéis en la VI Night & Bike contamos con un recorrido corto de 40 km y uno largo de 56 km aproximadamente.

Yo, Marta, estaba un tanto nerviosa por si la quedada tendría existo o no y a las 8:45 horas de la mañana me dirigí a la plaza. Allí estaba un buen grupo de karrikiris los cuales realizaron un buen trabajo de guías repartidos por los diferentes grupos formados, otros con el coche de apoyo y otros desde Murchante que junto con Gustavo de TuTecnico Gusmar controlaron que la nueva aplicación de geolocalización funcionara a la perfección, muchas gracias equipo, con vuestro apoyo da gusto preparar cosas.

A eso de las 9 ya rugían los motores de los quads y del karrikirimovil y la plaza estaba llena de bicicletas y ciclistas de la zona, Murchante, Ablitas, Tudela, Cascante, Caspe, Tarazona, Corella, Cintruénigo, Castejón, Valtierra, Ágreda…. (Creo que no me dejo ninguno…) entre todos sumábamos un pelotón de unos 70 o 80 bikers que al salir por la calle mayor impresionaba. Me sentía muy contenta, la convocatoria había sido todo un éxito.

Recorrimos los caminos pasando por la cuidad vecina de Cascante y tras unos kilómetros llegamos al corte de división entre ruta corta y larga. Agrupamos el pelotón y repusimos fuerzas. Aquí se dividió el grupo en dos y cada cual tomo su camino.

Al finalizar ambas rutas todos nos reunimos en la plaza para reponer líquidos a base de buena cerveza comentando las diferentes anécdotas sucedidas con unas cuantas risas.

Muchas gracias a todos por asistir y gracias también a los acompañantes en quad por su labor durante la mañana.

Nos vemos de nuevo el 10 de junio!!

Crónica: Los 10.000 del Soplao 2016

Nota: Esto es MUY LARGO… si no eres lector paciente… ni intentes leer esta crónica.

Todos dicen lo mismo: “El Soplao” empieza el día que haces de la prueba un objetivo y empiezas a entrenar.

Hay quien me decía que era muy sacrificado eso de entrenar de forma metódica y “sacrificar” muchos días de salidas tradicionales en pos de entreno…

Y sin embargo, ha sido todo lo contrario. He disfrutado de la bici como nunca. Es más… he descubierto otra forma de ciclismo que me encanta y me llama.

El ver como tu estado de forma se incrementa día a día, la consecución de cada fase del entrenamiento y el tener el objetivo cada vez más cerca, te llevan a ver la bici de otra forma y posiblemente, nunca vuelva a verla como lo hacía antes de esta experiencia (que un no ha terminado, porque escribo desde mi casa la noche antes de viajar hacia Cabezón).

 A decir verdad, escribo por calmar los nervios que me llevan acelerado desde hace días.

Entre el catarro que se presentó de visita esta semana (¡¡el único del año!!), el ser novato y no saber exactamente cómo va a enfrentar tu cuerpo la paliza que a la que lo voy a someter y que, en foros y videos, presentan la prueba como el apocalipsis del btt… soy un manojo de nervios.

Es ahora cuando llegan las dudas. ¿Serán suficientes las horas invertidas entrenando? ¿Este catarro me tiene muy mermado? ¿Es eso que parece que quiere, dolerme una señal de lesión que aparece a pocas horas antes de la prueba?

Vamos, que ves dolores y cosas raras en cada músculo y quiero pensar que es por los nervios.

Y no soy el único, porque a las 5 de la mañana, harto de dar vueltas en la cama, me levanto y Chelu, mi inseparable compañero de entrenos, me traslada vía “WhatsApp” que también está despierto.

En un rato, toca ir a la oficina, y esperar a que llegue el medio día para salir pitando con el resto de amigos que hemos decidido acudir a la cita.

Por cierto: No había dicho que la crónica iba a ser corta así que si el prólogo ha sido este… coger aire para lo que pueda escribir el domingo (si es que aún tengo ganas de hacer algo…)

Por retarme, escribiré una frase más:

A día de hoy, estoy convencido de que el año que viene volveré al Soplao.

¿Pensaré lo mismo la próxima vez que siga escribiendo?

24 horas después de acabar el Soplao…

¡¡CONSEGUIDO!!!

¡¡¡Madre mía, que experiencia!!!

Es domingo, y hace unas 24 horas que pasaba por línea de meta tras acabar la más escalofriante y épica vivencia en BTT de toda mi vida (hasta ahora). Pero empecemos por el principio.

Llegamos el viernes y antes de ir al camping, nos acercamos a recoger los dorsales. Allí nos encontramos con Cabri, con el que charlamos un rato y nos dice que acaba de mirar el tiempo y no parece que vaya a llover. BIEN!!!

Tras prepararlo todo, nos acostamos y al poco suena el despertador.

Llegamos a cabezón sobre las 6:00 a.m. y nos situamos en línea de salida, para esperar dos horitas. El tiempo es bueno aunque, el cielo, está encapotado.

Poco antes de que den las 8:00, aparece Yoli y los hijos de Chelu. Lo hacen emocionarse y por poco acabo lagrimeando yo, al ver los ánimos y palmadas que le daba Diego en la espalda, muy serio, a su padre como diciendo:

-“Tranquilo papá, tu puedes…”

7:55 y empieza a sonar la canción: Thunderstruck de AC/DC…

No se si era yo o el equipo de megafonía que tenían pero a cada golpe de rimo me estremezco y me recorre un escalofrío… parece que voy a la guerra…

A los lados el público y varios de ellos con la boca abierta canturreando la canción… que sensación…

Salimos y al poco estamos dando pedales, cuidando de no perder a los amigos, pero intentando avanzar posiciones para evitar el atasco en el kilómetro 3.

Allí llegamos juntos, Feli, Chelu y yo (Iñaki) y por suerte no hay atasco.

Se oyen los cambios por doquier y empezamos a ascender. El primero. La gente empieza a resoplar y yo empiezo el mantra que Cabri me indicó el día anterior:

-”Guarda fuerzas, guarda, y reserva…”

La verdad es que voy nervioso y algo tenso de la emoción y no disfruto la subida del todo, pero con la niebla, tampoco es que se vea mucho paisaje. Lo importante es que voy muy bien de pulso y el cuerpo responde, así que me preocupo de no perder a los amigos, entre la muchedumbre.

Al fin coronamos San Cibrian y empieza la bajada.

Es camino bueno pero con mucha gravilla. Mi mayor miedo es que alguno baje descontrolado y me tire, pero por lo demás voy muy tranquilo, porque hay algún compañero que no le gusta mucho bajar, así que voy disfrutando el paisaje.

Es seguida comprendo que en Cantabria no tienen ni idea de lo que es un llano y lo del nivel como herramienta…. ni en los libros… Todo está inclinado de una forma u otra….

En cuanto termina la cuesta abajo, la emprende otra hacia arriba así que volvemos a cambiar coronas como locos y a darle de nuevo…

Van pasando los minutos, pasamos por San Vicente del monte, y bajamos para volver a subir hasta el alto de Carrancias.

Son todas subidas que, en nuestra zona, consideraríamos fuertes o muy fuertes, pero sabiendo lo que viene por delante, como para rechistar o decir algo…

En mi cabeza, voy dando vueltas a una pregunta:

“Y… entonces… como son las rampas que llaman…fuertes?….”

En estas estaba yo cuando bajamos pronunciadamente.

No sé en que momento, perdemos a Feliciano. Yo pienso que va unos metros tras de mi, con Chelu y el debe pensar que va entre ambos o detrás…

Empezamos a bajar y me encuentro solo, así que reduzco la marcha para enlazar. Miro atrás y veo decenas de tipos, lanzados cuesta abajo, pero ninguno de ellos es Chelu o Feli.

Justo después de ver un accidente, me alcanza Feli, al que grito, porque no se daba cuenta.

No pasa un minuto y aparece Chelu, con lo que respiro aliviado y encaramos la siguiente subida.

…Doy una curva y veo mucho público apostado en los lados del camino…

Camino??? Pero por dios, que es esto!!!!

Empieza la subida a “La cocina”… La verdad es que voy muy bien… pero es la risa…

Una pendiente de hormigón rayado, en el que las cubiertas se escuchan derrapar contra el terreno, pidiendo clemencia.

Son varios kilómetros y veo que eso va a ser largo… y la pendiente no mengua…

Nada, de momento voy bien, no me duele nada y el pulso  en torno a 135-140 pulsaciones…

Miro a gente de mi alrededor, resoplando y veo cifras de pulso que harían hervir el metal, mientras algún otro me adelanta …

De vez en cuando miro a ver si estos dos siguen a mi flanco y así es. Si acaso cuando me ven mover la cabeza y no los alcanzo a ver, enseguida, el avispado de Chelu, me grita: “Estoy aquí, tranquilo”.

Él me tiene bien localizado con mi mochila y zapatillas naranjas, que dice que se distinguen bien. Yo cuando miro por debajo del sobaco, siempre busco el casco naranja de Feliciano, que también es fácilmente identificable.

 Salimos de un camino y sin bajar un solo metro nos metemos en asfalto ascendente…

Por tanto… ¿Estaremos subiendo “el soplao”?

Parece que sí.

Nos adelanta gente pero nosotros continuamos en modo:

-“Guarda fuerzas, esto aún no ha comenzado, tu a tu 50% y como mucho!!!”

 Alcanzamos el primer avituallamiento y nos encontramos a Ramón que había salido a fuego.

Le digo que si viene con nosotros pero decide seguir por su cuenta.

Comemos algo, rellenamos líquido y mandamos un whattsapp a la familia para que sepan que sobrevivimos. Allí se supone que iba a estar Yoli, los chiquillos de Chelu y la Feli pero no aparecen…

Empezamos a descender y según nos han dicho, esta bajada, hasta Celís, es la más peligrosa.

Sigo a Feliciano y no puedo mirar atrás, si quiero conservar la dentadura, por lo que decido bajar concentrado.

Del resto no sabemos nada. Suponemos que Antonio ha ido por delante, mientas Sierra, Fernando y Jarauta, formarán un grupo algo más atrás, y Fermín irá con un amigo con el que había quedado a la salida. Pero todo son suposiciones…

Por fin abajo y sin necesidad de prótésico dental. En un par de minutos llega Chelu que parece que hoy está haciendo un master en bajadas… y la verdad es que cada vez va mejor, más confiado y rápido.

Avanzamos por asfalto y allí está nuestro equipo de apoyo. No les habían dejado subir así que estaban esperándonos aquí.

Tras parar, conversar con ellas y comer un plátano, continuamos, pensando en el “Monte Aa”. Miedo me daba pensar que según la información que tenía, las rampas eran más duras que las de la cocina… pffffff.

Nos metemos en camino y aquello se inclina… peor no es para tanto… menos mal…

¿Menos mal? Giramos una curva y veo aparecer el temido hormigón rayado…

Quien me mandaría dejar el piolet en casa…

Pongo plato pequeño y solo me queda una corona de reserva. Que en algún momento tengo que meter… la madre del ****

Mis compinches sigen a mi lado y allí no habla ni el perro…

Mirando hacia arriba aquello asciende y serpentea, hasta que por fín veo un cartel, hecho a mano: GOMINOLAS!!!

La famosa mujer de las gominolas se coloca en las últimas rampas del monte Aa y por tanto sé que aquello se termina.

Sonriente paso para recoger mi gominola y la mujer con la misma sonrisa me la pone en la mano, intentando llegar a todos, sin que tengamos que poner el pie en el suelo.

Seguidamente, paso por una chica ¿su hija?, que reparte manzana…(que buena me supo!!).

Y así, es… poco después estamos arriba y las vistas son realmente espectaculares.

Hace calor, bastante más del que las previsiones marcaban y vamos perdiendo líquido por lo que intento recuperar algo, antes de comenzar la bajada.

El descenso es muy bueno y Feli toma la delantera, no sé, si espoleado por cierta moza que bajaba echando fuego… vete a saber….

Como en ocasiones anteriores, Chelu baja un poco después, pero se nota que va cogiendo ritmo… casi no tenemos que esperar… ¡¡va sacando nota en cada bajada!!

Comentamos que tiene que ser algo relacionado con el agua, o las anchoas o algo de allí pero no es normal… tanto público, con tanta pasión, que te animan como s fueses el mismo Indurain, ascendiendo contigo unos metros con las venas en el cuello gritando:

-“Venga, una pedalada más, no te rindas, venga!!!!”

Y si fuesen cuatro forofos… se entiende…

Pero ver a mujeres de entre 60 y 80 años, unas con las cacerolas y los cazos aporreando la batería de cocina y desgañitándose al paso de cada grupo de ciclistas, o grupo de gente cualquier carretera perdida con pompones de animadora… o caminos apestados de coches a los lados con familias enteras, apostados y animando durante horas… como si fueses el primero que pasa por allí… no es normal…

Y quiero que quede claro: NO ES NORMAL!!!!

Y se agradece tanto, que no se ni como expresarles mi gratitud y sensación de apoyo transmitido.

Y hablando de cual sería la causa de tal desvarío mental de estos encantadores pobladores Cantabros… que nos plantamos en Ruente con muchísimo publico y poco después en el avituallamiento de Ucieda.

Volvemos a ver a Ramón que vuelve a irse, mientras nosotros paramos a echar aceite a las cadenas, y comer un bocadillo de Nocilla, ¡que bueno!.

Empezamos a ascender el Moral, puerto largo y duro, según dicen… unos 12 kilómetros.

Aquí se supone que empieza realmente el Soplao y todo lo anterior era el calentamiento… Un calentamiento de unos 2000 metros positivos…pero vaya… que esto funciona así… y aquí es donde se empieza a hacer la selección de verdad…

Conforme avanzan los kilómetros, las conversaciones disminuyen y las cabezas bajan mirando la rueda delantera. Esto es eterno…

No puedo aguantarme la curiosidad y pregunto a un ciclista si queda mucho…

Me dice que si que al menos 4 kilómetros…

¿Como? Si allí se ve que crestea y no hay nada más alto… como puede ser…

Y sí… sí que podía ser…

Al llegar al punto que yo tanto ansiaba, una curva cerrada daba paso a la otra ladera de la montaña, de donde aparecía una cumbre lejana y superior… vamos… para partirse de risa…

Voy con un dolor horrible de riñones y pienso que si a mitad de prueba voy a sí… mal voy y me empiezo a comer la cabeza… hasta que reflexiono.

De piernas voy nuevo, sin una sola molestia ni sensación de carga…

Pulso bien…

Venga ánimo… no puede quedar mucho…

Y por fin… veo la carpa del avituallamiento líquido.

Mis compañeros aparecen en menos de un minuto.

No soy el único que va con los riñones doloridos y tomamos un ibuprofeno.

Empezamos una larguísima bajada de unos 13 kilómetros que me sirven para relajar la espalda mientras hacía efecto el calmante… y voala!! Aquello desaparece como por arte de magia…

Llegamos a Juzmeana y a Barcena Mayor donde nos detenemos en el avituallamiento a comer un bocadillo, beber y hacer una parada más larga y relajada.

Allí veo a Cabri y nos comenta que el puerto que toca es el mas largo. Nos pone las cosas tal que si lo pasas con fuerzas de sobra, tienes mucho hecho a tu favor y sino… es casi imposible que completes la prueba.

Aquí Ramón se une al grupo y arrancamos juntos.

Reemprendemos la marcha, y empezamos a ascender cruz de fuentes. Unos 20 kilómetros de puerto, con un paisaje de película.

Pero la película, no acaba nunca y pasa la primera hora y aquello no se ve terminar.

Aquí cada cual tiene que poner su ritmo y subir según le dicta su cuerpo para evitar problemas.

Chelu me dice que hemos perdido a Ramón, hace un rato, y acostumbrado como estoy, me parece raro que no haya dicho que bajásemos el rimo para ir juntos.

La subida continúa y pasa el tiempo, mientras hago caso de los consejos, admirando el paisaje para no pensar en lo que queda.

A 3 kilómetros de acabar alcanzo a Unai Gonzalez, al que reconozco por sus vídeos en Youtube y con el que voy charlando animadamente, lo que me recupera el ánimo y me hace incluso disfrutar la última parte  del puerto.

De cuando en cuando miro atrás y alcanzo a ver el casco naranja… así que todo perfecto.

Bebo, relleno líquido, como algo y mando whatssapp a casa.

Miro la pendiente y allí se acerca Feli, con su casco que llega sin hablar, directo al agua.

Menos de un minuto después llega Chelu, al que también se le ha pasado el dolor de espalda. Así que estamos los tres bien y juntos que es lo más importante.

Allí un hombre con barba y unos chicos jóvenes que están de espectadores se acercan a animar y entablo conversación con él…

Me dice que lo que queda es (y pongo literalmente):

-“Es una putada, no te puedo mentir, pero venga que os veo bien…!”

Descendemos, y las nubes se ven amenazantes y negruzcas a lo lejos…. Malo….

Empezamos a ascender a Ozcaba y nos detenemos en las primeras rampas a cambiar el agua al canario, mientras empiezan a escucharse truenos a lo lejos…

Continuamos ascendiendo, por medio de un precioso bosque y de repente la tormenta descarga sobre nosotros…

Chelu y yo nos detenemos a ponernos el chubasquero y Feli dice que va totalmente mojado y que ya le pillaremos.

Al alcanzarlo, Chelu le mira y le dice a Feli:

-“Sonríe Feli…”

Quien responde:

-“Esta es la cara que tengo!!!!”

Esta el tema para pocas bromas….jajaja

Cuando caen las últimas gotas de la tormenta, llegamos al avituallamento de Ozcaba y nos detenemos buscando algo caliente que meter al cuerpo.

Por suerte, hay caldo y colacao que nos sienta genial.

Volvemos a montar sobre nuestras embarradas monturas, por caminos llenos de barro pero al menos no llueve.

Mirando a mi izquierda, veo la diagonal que trazan subiendo quienes llegan a “Venta Vieja” y unos minutos más tarde acabamos por llegar nosotros.

Bajamos con precaución y sin prisa… hay muchos hecho, estamos en buenas condiciones y no hay que echarlo a a perder por llegar antes o después…

Bajamos los tres juntos con un Chelu, crecido que ya se ha graduado en bajadas de todo tipo.

Un compañero de ruta, nos dijo kilómetros atrás dos axiomas:

1.- Si llegas al Negreo está conseguido aunque lo tengas que ascender a pie, sus terroríficos siete u ocho kilómetros.

2.- Ese puerto es una aberración.

Pero después de la jornada que llevábamos, el miedo había quedado atrás…

¿Rampas más duras que las del monte Aa? ¿Más Kilómetros que en El Moral?

Vamos que iba crecido…

Ascendemos por una pista asfaltada y se ve una pendiente impresionante en un cruce a la derecha.

Feli: -“como sea por ahí…”

Feli:-“A no, que marca a la izquierda tras esa casa…”

Feli:-“La madre que me…”

Y como dice  el refrán si no quieres taza… tazón!!

Ascendemos a “Correpoco” y por suerte la pendiente es corta, pero el terreno deja de ser asfaltado para convertirse en un camino que poco a poco deja de serlo para convertirse en una especie de rio de barro negro y piedras del tamaño de cajas de zapatos las más pequeñas y de cajas fuertes las mayores… pero que es esto!!!!

Con suerte y tirando de técnica conseguimos pasar montados, mientras muchos compañeros pasan las de Caín. Vamos que solo faltaba esto…jajaja

Comenzamos un rápido y retorcido descenso hasta acabar en una carreterica.

Al fondo, a menos de un kilómetro se ve mucho público y eso a estas alturas, ya comprendo lo que significa.

Giro a la derecha y lo reconozco de vídeos que había visto… pero en éstos… no parecía tan inclinado , ni de lejos…

La primera rampa del Negreo, se presenta como un muro, donde el publico mismo parece estar dispuesto en escalones, por la diferencia de altura entre ellos.

Me recuerda las míticas subidas del Tour de Francia, donde por las justas se ve el camino por la cantidad de gente que se aparta conforme avanzas.

Forofos con cencerros enormes mientras te jalean, mujeres aplaudiendo niños gritándote y jóvenes que se acercan para pedirte una pedalada más …

IM-PRE-SIO-NAN-TE.

Pongo todo lo que tengo y busco más coronas por si la cadena se puediera colocar sobre la cubierta trasera.

Voy a menos de 5 por hora, y me da tiempo de ver caras y gritos, puños cerrados haciendo gesto de fuerza y pedaleo. Pedaleo como si tirase de la misma tierra. Me decían que no pasaba nada por subir andando pero ahora merece la pena darlo todo.

Llego al avituallamiento. Chelu me ha dicho que tire y salimos Feli y yo  para arriba. Le esperaré arriba, hasta que llegue, me repito y pedaleo preocupado, pensando que tendré que esperar horas a mi amigo.

Curva a izquierda y la pendiente parece algo más clemente…hasta que vuelve a aparecer el hormigón rayado.

Esta es aún peor que la primera pero ya no me pilla de improviso.

Me preocupa la cantidad de participantes que arrastran maltrechos las bicis y a so que tengo que pedir paso para no echar pie a tierra.

Si tengo que desmontar, será imposible volver a hacerlo, pienso.

Culmino la rampa y giro de nuevo para encontrar la tercera. Tengo las piernas en perfecto estado así que, si tengo que vaciarme, lo haré, pero no desmonto ni aunque se me salga un ojo de tanto apretar los dientes.

Un pequeño descanso y encaro la cuarta rampa hormigonada, con más de un 30% (según dicen) de desnivel.

Me acuerdo de Cabri con su consejo de sentarse en la punta del sillín (donde llevo “acomodado” desde hace rato) y mordiendo el manillar para evitar que se levante la rueda delantera…

Y culmino… se supone que a partir de aquí la cosa sin ser una broma, ya no es para tanto.

Miro abajo y a cien metros viene el hombre de hierro con una cara que asusta, de fuerza y rabia.

Busco a Chelu por las “zetas”, más abajo y no lo diviso.

Paro a esperar (y con la excusa descanso), creo que Feli va muy mal, por la cara que trae…

Mi amigo desmonta y se acerca unos 5 metros andando… madre que drama nos espera (pienso).

Y al llegar, me dice:

-“Venga ya hemos tomado el aire…”

Que alivio!!!

Montamos y continuamos ascendiendo.

Busco a Chelu por debajo a cada curva que hacemos en la escarpada ladera.

Y cuando encaro la última recta visible del Negreo, escucho un grito:

-“Iñáki!!!!!”

BIEN!!!!

Es Chelu y no está, ni mucho menos, tan mal como yo temía.

Se ha recuperado muy bien y está dando pedales como un campeón.

Vamos hablando entre los penitentes que comparten ritmo y termino e puerto con Kike, que sin saberlo es amigo de Cabri. Un chaval muy majete al cual saludo desde aquí.

Al llegar arriba, nos detenemos a esperar, cada cual, a sus respectivos compañeros.

Enseguida llegan los míos y nos despedimos para continuar las pocas rampas que quedan del terrible pero ya derrotado Negreo.

No faltó quien casi echa alguna lagrimilla, al saberse vencedor entre la niebla cerrada que nos esperaba arriba.

Emprendemos la bajada y decidimos hacerla despacio y sin prisa.

Descendemos de forma muy relajada, mientras nos adelantan decenas de compañeros que buscan hacer tiempo.

Vamos casi anestesiados y con una sonrisa en la boca…. Lo que queda a meta es cuesta abajo y serán los 15 kilómetros más placenteros que nadie pueda nunca imaginar.

En la carretera de Ruente a Cabezón, vamos haciendo relevos y sin quemarnos alcanzamos una buena velocidad de crucero.

Entramos en Cabezón, pletóricos entre la muchedumbre que se agolpa aplaudiendo a los lados. Que bonito!!!!

Nos detenemos y tras las fotos de rigor empezamos a pensar en  nuestros compañeros, de los que no sabemos nada hace muchas horas.

Un rato después llega Ramón, recuperado y contento y mientras comemos vemos aparecer a Sierra, Jarauta y Fernando.

Solo queda Fermín…

Por fín su mujer nos dice que le ha llamado emocionado, y está empezando el Negreo. Lo cual quiere decir que lo va a terminar (¡que pasada de tío… que fuerza mental tiene!)

Nos iremos al camping a duchar, cambiar, y volvemos para recibirle y cenar.

Acabamos todos con una foto en la mítica rotonda de la bici con un sueño cumplido.

De momento hay quien dice que no vuelve… pero dejaré que las aguas se calmen y vean lo que han sido capaces de conseguir…

El año que viene…

Los Karrikiri cabalgarán de nuevo el Soplao.

 

Tiempos de paso como referencia a futuro:

  • 10:10 avituallamiento Soplao
  • 12:00 Empezamos a subir el Moral
  • 13:30 Arriba del Moral
  • 14:08 Avituallamiento Barcena Mayor
  • 15:54 Coronando Cruz de Fuentes
  • 17:10 Coronando Venta Vieja
  • 18:10 empiezo a ascender Negro
  • 20:19 Meta

Javierada Karrikiri 2016

La previsión meteorológica nos tenía en vilo…

Pero la verdad es que al final, desde radio, televisión e Internet, nos confirman que en lo climatológico, esta Javierada iba a ser desastrosa.

Claro, decididos como estábamos a peregrinar, no queda otra que intentar minimizar el tema y después de esperar a la última previsión, indicaba que en Carcastillo llovería sobre las 11 de la mañana, en Cáseda y Javier, empezaría sobre las 12:00 suave y a partir de la una, fiesta de maillots mojados…

Por otro lado, gente nueva se sumaba este año a la peregrinación Karrikiri y al no saber como ni cuanto andaban en bici queríamos asegurar al máximo la jornada…

Visto lo visto, decidimos madrugar más y salir pronto… tan pronto como las 6 de la mañana de Murchante, a fin de llegar a Javier pronto y evitar la lluvia al máximo.

El viernes, quedamos en el hangar del «KarrikiriKarro» para montar maletas en el «KarrikiriMovil» capitaneado por el Sheriff Chirico y la inestimable ayuda de Marta que este año va de apoyo.

Allí hablamos del tema, mientras cae una fina lluvia que hace prever lo peor.

La expedición por parte de miembros del club la componen:

Chelu, Carlos, Jarauta, Fermín, Unai, Patxi, Ines, Samuel, Feliciano y yo (Iñaki)

A los que se suman:

Victor, Miguel y Alfredo por parte de «los trotamúsicos» y un último fichaje «Tomás» que se incorporó a filas como uno más.

Tras las fotos de rigor, salíamos de madrugada desde la plaza de los fueros, camino a Tudela.

Con frío, pero menos del que se pensaba, bajamos hasta el puente del Ebro y poco después alcanzamos la recta de Arguedas.

Con la oscuridad e inmersos en conversaciones y cháchara, nos confundimos de camino (tres veces…), pero por suerte, no recorremos mas de 5 metros en cada ocasión, sabedores de que no era así el que buscábamos.

Finalmente, encaramos hacia los Aguilares y minutos después, estamos dando pedales con Castildetierra al fondo.

Ya huele a desayuno!!

Realizamos una parada en condiciones y sin prisa, pues parece que vamos sobrados de tiempo.

Caen pastas… muchas pastas de chocolate, que junto al cafecico que preparó horas antes Chelu, nos calienta y reconforta ante la fría mañana.

Tocan fotos y al poco, estamos otra vez sobre el sillín, por «la perimetral».

Se suponía que iba a soplar bastante viento. unos 30Km/h con rachas de hasta 55km/h pero… A Dios gracias, lo que allí soplaba era más que soportable (cómodo, me atrevería a decir).

Aunque el terreno es eminentemente llano, vamos tranquilos y sin prisas, cuidando de que el rebaño vaya, mas o menos junto, y evitar desfondamientos, calambres y problemas varios…

La parte hasta el monumento del pastor la paso vigilado de cerca por Alfredo que me quiere atrás del grupo y si acaso… a su lado (peor nunca delante…jejeje).

Comentan que si alguno va un poco más flojillo y preguntamos a ver si come, bebe y se cuida como debiera. Por suerte, una vez metemos combustible, da visos de recuperarse lo suficiente como para llegar a Carcastillo.

En este pueblo, Alberto (Chirico) y Marta nos esperan parrilla en mano, llena de Panceta , chistorra, vino y demás viandas típicas de todo buen avituallamiento pro-tour.

Vamos adelantados sobre el horario que nos habíamos marcado y almorzamos tranquilos… muy tranquilos… y tanto es así que se nos va más de una hora en ello. que nos quiten lo «bailao».

Emprendemos la marcha adelantando a muchos caminantes, adentrándonos por las primeras zonas de barro y charcos. La cosa es que como esperábamos peor tiempo, más barro y agua.. todo nos parece poco y si no es por las salpicaduras de barro, casi ni nos damos cuenta.

Llegamos a un punto, donde los peregrinos de a pie toman un camino hacia Montepeña y nosotros continuamos junto al río.

Es zona de toboganes y algunos disfrutamos las bajadas como chiquillos.

El ritmo ayuda, porque al ir relajados, podemos apretar los dientes unos segundos y relajar de nuevo hasta volver a reunirse todo el pelotón.

Llegando al puente de Cáseda, hay quien, con menos kilómetros en el zurrón, va justico, pero tirando de coraje y mandíbula, continua sobre la bici.

Ya en el pueblo, nos esperan, como es tradición, la pareja de apoyo. Unos comen, otras evacuan y todos paramos, antes de continuar.

Comento con un integrante del pelotón, que salga ya y que el acompaño para que, en las cuestas que se avecinan no tenga que ir con el gancho, «haciendo la goma» y vamos ascendiendo a ritmo muy suave.

Parece que va suficientemente bien y para cuando nos alcanza el grupo, ya llevamos la mitad de la subida hecha.

Como mi compañero va arropado por el grupo, y los lobos saltan, decido dar un pequeño arreón y gozar un poco subiendo.

Veo allí delante a Feliciano que ha saltado comandando la tropa y me lanzo a por él.

Lo alcanzo y me voy a un lado del camino, en lo más empinado de la cuesta, para adelantarlo.

Es cuando, «el mercancías», me mira de reojo, saca hombro y «vira el timón», inclinando la bici hacia mi (esa técnica la he bautizado como «la melé del ciclista», puesto que solo un jugador de rugby venido a ciclista, puede ejecutarla, haciéndote sentir que se te echa encima un transatlantico).

-«Ande vas, animaaalllll»

Y allí me veo por el «labrao», fuera del camino… mientras «el hombre de hierro», a carcajada limpia, solo atina a decir:

-«Perdonaaa, que creía que eras Unai!!!»

Entre risas y cabeceos, aun no se como, consigo volver al camino, sin echar pie a tierra y coronar.

Arriba, nos reímos, mientras esperamos a reunir al personal.

Alguno echa pie a tierra en los últimos metros, pero ya se aprecia que tiene la convicción de terminar sin montar en el coche.

Esa es la actitud!!

Avanzamos ahora, junto al canal y adelantamos a gente que desciende de MontePeña.

Vamos tranquilos, pues hay amigos que van castigados, aunque Patxi y Unai, salen por delante enzarzados en un pequeño pique disfrutón.

No tardamos mucho y estamos descendiendo para acercarnos a Yamaguchi.

Allí, junto al restaurante, detenemos la comitiva de nuevo, para rellenar botellines y esas cosas.

Por delante, ya solo queda una cuesta, un poco larga, pero que a buen seguro, nadie va a rendirse tan cerca de la meta.

Es en este tramo, donde decidimos ir algo más a nuestro ritmo, pues, en general llevamos toda la mañana, sin desfogarnos.

Chelu, Unai, Patxi y yo, ascendemos a buen ritmo pero sin forzar y llegamos arriba mejor que nunca. Parece que el trabajo diario funciona incluso mejor de lo esperado.

Esperamos entre chistes (malos) y tonterías, al grupo y una vez reunidos, descendemos hacia Javier para retratar el momento.

Con las fotos realizadas, atacamos el último tramo del día, que nos lleva a Yesa.

Vamos tranquilos, y relajando pierna, mientras charlamos.

Cae una fina lluvia y comentamos:

-«Justo a tiempo!!!»

Aunque la verdad es que poco duraría y no se dio mas agua en la jornada (madrugar para nada, pero vaya…).

Buena ducha, mejor comida y regreso a casa tras pasar un día genial junto a gente del club y amigos que esperamos, se unan a más rutas en futuras ocasiones.

 

Merece la pena? Ni lo dudes…

Ayer, mientras entrenaba sobre  la bicicleta estática en el gimnasio (quitando horas, de donde se deja, al día a día), un conocido se acercó y me comentó:

-«Te veo día tras día, si no es montado ahí, entrenando de una forma u otra y  me preguntaba… ¿Realmente merece la pena tanto esfuerzo?»

La verdad es que no esperaba ni la pregunta ni la forma tan directa de la misma pero respondí casi de forma automática:

-«Sí claro, por supuesto!!!»

Y cuando volvimos a estar solos (la bici, yo, y unas horas por delante para pensar en el sentido del universo…), le empecé a dar vueltas…

Y solamente me venía una frase contundente a la cabeza:

SI!!!, CLARO QUE LA MERECE!! SIN DUDA ALGUNA!!!

…Casualidad, por la noche me entretenía viendo un documental de un famoso Youtuber, sobre sus vivencias en  la Titan Tropic en Cuba y leía unas frases que decían algo como (es probable que no fuesen textualmente exactas pero creo que se entenderá):

  • «Vas a estar muerto por toda la eternidad»
  • «Que la muerte tiemble al recibirnos»
  • «Esta es tu vida y se está acabando a cada instante…»

Y muchas otras que la verdad… es que tienen su enjundia…

Y las frases reactivaron mi mente con lo que volví a darle vueltas a la pregunta que  me hizo este conocido…

Que piensas contar cuando seas viejo, si es que llegas, a tus nietos?

Estarás satisfecho de la vida que llevaste, cuando eches la vista atrás?

Y mil preguntas dignas de analizar con un psiquiatra o un amigo tras 30 cervezas juntos }:-P

Creo que  todos, admiramos y nos gustaría emular, en mayor o menos medida a grandes aventureros, gente que realiza enormes retos o alcanzar gestas inimaginables para la mayoría de los mortales. Y la verdad es que podemos hacerlo, aunque hay que pagar un precio por realizar los sueños (sacrificar tiempo, pensar, meter horas…).

Esto no quiere decir que todos debemos lanzarnos a escalar el K2 sin oxígeno, o intentar hacer apnea en la fosa de las marianas hasta llegar al fondo, …pero si soñar con aventuras, retos y sueños que, el día exacto en el que se cruzan por primera vez por tu cabeza, son poco menos que imposibles para ti (y precisamente eso es lo que las hace geniales y merecen la pena!!).

Y que pasa si al final, no lo consigues?

Lo que pasa es que aprendes bastantes cosas y obtienes grandes beneficios para el resto de tu vida diaria (no solo en la faceta deportiva):

  • Aprendes que el reto empieza el día del primer entreno y no cuando se da la salida (o incluso antes, con  la misma planificación inicial).
  • Que aprendes muchas cosas necesarias para poder acercarte al reto (sea de entrenar, de planificar un reto, de logística o de mil cosas relacionadas de alguna manera con aquello con lo que sueñas).
  • Que la aventura alimenta tu día a día y te hace más feliz,minimizando otros problemas que todos tenemos.
  • Que mejoras tanto física como mentalmente (osea que inviertes en ti mism@),
  • Que te haces mas fuerte (hablo de perseverancia, confianza propia…) y a esto le sacas partido desde el primer día cada una de las horas que tiene cada jornada.
  • Que aprendes a gestionar y optimizar  mejor tu tiempo (vaya que si lo haces…).
  • Que tienes una escapada mental al resto de tu vida cada vez que le dedicas minutos u horas a ese sueño (y hay días que lo necesitamos todos¿ verdad?).

Y todo esto, claro… si no consigues el reto, o sin ni siquiera llegar a tomar la salida…

Así que me pregunto:

¿Y si lo consigues?

El placer mental (debe ser la moneda de cambio al dolor físico, supongo) y la euforia debe alcanzar niveles de orden galáctico y en tu cabeza tiene que implantarse una idea durante mucho, pero que mucho tiempo:

-«Ahora sé que puedo superar lo que me proponga!!»

Y a buen seguro no estás cruzando la meta, ya tienes ideas de retos mayores o incluso mejora del mismo desafío, en ediciones posteriores (si no las tienes ya durante los meses de preparación).

Y me preguntan si merece la pena?

La respuesta adecuada, tal vez sea que probablemente, no merezca la pena vivir sin retos, ilusiones o metas superiores (y cuidado que no tiene porqué ser deportivas, sino de cualquier tipo).

Si tienes una idea, reto o necesitas, simplemente recuperarte de algo (que es un gran reto!!), tu puedes!! HAZLO!!.

Que cuando estés exhalando tu último aliento, estés deseando contar todo aquello que fuiste capaz de plantearte un día… allá a donde vayas…