8:30 de la mañana. Estoy reventado… pero voy a acudir a mi ruta «bicicleteril».
Ya están Jóse y Roberto en el parque, cuando llego yo (Iñaki).
Al poco asoman Diego y Cesar. Un par de minutos después se presenta Guillermo, Emiliano, Hernando y Ferrer.
Cuentas las malas lenguas que alguna, devota como lo es de TODO EL SANTORAL… estaba adorando a San Mateo…. patrón del laurel, y el zumo fermentado de uva…
También debía estar tomando medidas para una hornacina para el santo, hecha de ALUMINIO, algún otro….
Los mentideros decían que, algún gigante… tras correr 6 kilómetros por Cortes, estaba reventado y no ha podido levantarse…
O que el clarividente oráculo (que todo lo ve más que bien…»doble»), …estaba de boda…
También decían de un ferretero, que este año cumplía tradición…viniendo a la primera ruta…. y ya no volvía en todo el año…
Que raros son los rumores… que dicen tanto y de nadie hablan…
Aun así y todo, la compañía del anillo (eso es de otra crónica), salimos del parque hacia Soladrero para salir por la parada de autobús.
Mientras abandonamos el pueblo, vemos a los «andarines», que empiezan a disfrutar de una marcha (si no recuerdo mal denominada «Los Olivos») y van cuadrilla.
Pasamos la antigua estación de tren de Murchante y nos internamos en el término del Saso, a partir de donde iremos charlando hasta la recta de Ablitas.
Continuamos hacia el Pago de Cirsus, pero un responsable Roberto, nos anima a NO pasar junto a las vacas de Arriazu, pues «están alteradas con las fiestas de tanto pueblo y….»
(recuerdos taurinos: https://karrikiribtt.wordpress.com/2011/08/31/que-faena-la-de-aquella-tarde-dos-orejas-y-el-rabo/)
Tras el desvío, continuamos por tierras Ablitenses, para volver, unos kilómetros más adelante, a empalmar con la ruta original.
Nos toca ascender varios toboganes suaves, y nos lo tomamos con calma.
Llegamos al corral de Ovejas, donde empieza la cuesta de los pinos.
Reunimos el grupo y empezamos a ascender. La verdad es que la mañana es perfecta. Sin sol directo, con un viento suave… vamos, ideal para dar pedales sin sofocos.
Arriba, donde terminan los pinos, volvemos a reunir al grupo para proseguir juntos.
Continuamos por los toboganes hasta el pueblo del Buste.
Mientras Jose y yo charlamos, los 3 flacos se adelantan unos metros para detenerse en la fuente.
Unos segundos después llegamos nosotros,y saludamos a un grupo, que creo son de Tudela y que también han parado en el pueblo.
Van llegando el resto y no localizo a Guillermo.
Miro atrás y veo que está charlando con los chicos del otro grupo.
Después me diría que durante la conversación, le comentaron que nos suelen leer, lo cual me hace especial ilusión (un saludo desde aquí chavales!!).
Los malacate-boys, quieren volverse pero les convencemos/engañamos para que asciendan hasta arriba.
Subimos hasta la casa de San Roque (lo pone junto a la entrada) y poco más adelante a la ermita, sin detenernos.
Toca el último repecho del día. Nos adentramos en el camino ascendente y unos minutos después estamos arriba junto a los molinos.
Desde allí, los MB (malacate-boys), acompañados Cesar, alias «EL HOMBRE DEL GPS» ,se vuelven, para llegar pronto a casa….jajaja
(Hay rumores de que «los primos», escuchan decir: «GPS», y se echan a temblar, después de la experiencia de ayer…)
El resto del grupo rodamos por encima de la meseta en busca de la ladera próxima a Borja, para descender por la cuesta del avión.
Empezamos el descenso y Guillermo, me dice:
-«Iñaki, arrea!!»
No quiero correr como lo hacía antes pero me pongo en posición y empiezo el disfrute… (lease: teorema de la cabra y el monte)
Como puedo, miro de reojo, y veo que Roberto y Guillermo se han tirado, tras de mi.
Bajamos disfrutando como enanos, hasta que recuerdo una curva un poco traicionera y reduzco, derrapando un poco de atrás para que la bici gire y….
PASA GUILLERMO Como un toro desbocado, ojos abiertos del tamaño de sartenes y la cara desencajada.
Creo que aun le escuchaba decir:
-«Sooooo!!!! quieeeeta!!!! paraaa!!!! sooo sooo sooooooo!!»
Por suerte, junto a la curva había un camino, a la izquierda que entre derrape y baile tembleque… procede a investigar…
Roberto y yo una vez que vemos que está vivo y coleando, nos echamos a reír (que reír… nos descojonamos!!!). jajaja
Volvemos a tomar velocidad y llego a una curva un pelín…. pasado…
Coche de frente!!
Ancla al suelo, derrape de atrás y consigo girar, mientras grito, desgañitándome:
-«Cuidado, Cacheeeee, Cocheeeee!!!!»
Lo último que veo del vehículo, es al hombre, braceando cariñosamente hacia mi…
Detrás compruebo que Roberto y Guillermo han salvado la situación.
Ya abajo, esperamos al resto, rezando para que ninguno pusiera sus babas en el parabrisas del «cariñoso hombre del puño en alto» (que es como le he bautizado).
Pasamos por la granja de cerdos en dirección de la Estanca de Borja y….
Psss, psssss Pssssss,Pssss
He pinchado y nadie lleva espuma mágica. Yo llevo poco líquido el las cubiertas….
No queda otra, que meter una cámara que Jose, por suerte, lleva…
Minutos más tarde estamos rodando de nuevo.
Bajamos hasta el Pago de Cirsus, a buen ritmo y de allí nos atrevemos a pasar por las vacas, rogando al cielo que ninguna esté por ese lado de la finca.
Dejamos atrás el ganado y a Diego se le ocurre echar una siesta.
Ni corto ni perezoso, prueba a ver si los arbustos junto al camino son cómodos, pero se levanta disparado al grito de:
-«Estoy bien, estoy bien!!»
Casi sin darnos cuenta, estamos cruzando la carretera de Ablitas y al fondo vemos dos figuras….
Una de negro/ blanco y otra de amarillo…
-«No puede ser!!»
-«Si son los M-B!!!!»
Les damos alcance y Emiliano nos mira con ojos de incredulidad…
Hernando confiesa:
-«Hemos hecho caso del GPS!!! Mecagüen que mañanica…. por labraos…. por aquí, por allá…. anda anda que…… tira tira….»
Con una sonrisa en la boca, llegamos al pueblo tras 66 kilómetros de divertimento.