Habíamos quedado a las 9, cosa que casi resultaba raro, ya que hacía varios meses que la hora oficial estaba establecida entre las 8:00 y las 8:30, pero el tiempo manda y en otoño hay que empezar a salir algo más tarde…
Debió ser por eso que pese a no contar algunos de los habituales, si que acudieron a la cita la mayoría de nuestras promesas.
Aunque la ruta indicaba 55 kilómetros, y más de algun@ nos preguntaba si no sería mucho para el primer día, finalmente y tras llegar de vuelta a casa hay quien cambió de opinión y nos indicó que debía de ser algo más dura (me falta alguna cuesta…).
La idea, era realizar una ruta llana que no exigiera a nadie un esfuerzo por encima de sus posibilidades y con paradas para comer algo y así fue.
Bajábamos desde Murchante hacia Tudela, por el camino y una vez atravesadas las callejuelas del casco viejo, nos situábamos frente al puente del Ebro desde donde entrábamos a la Mejana.
Rodando tranquilos y entre charlas, dejábamos atrás la antígua pista de cars de Teribia y la Ebroquímica para continuar por los sotos del Ebro por caminos eminentemente llanos.
Llegábamos bajo el puente de la autopista en Castejón y de allí tomaríamos un desvío para llegar al canal, junto al que discurriría nuestra ruta, para volver a Barcelosa.
En ese punto, algunos, nos desviábamos, metiéndonos por algunas trialeras, para volver a unirnos, al grupo, poco después.
Entre tanta tranquilidad y parsimonía, yo me afanaba en probar una Epic de 29″ que me habían dejado mientras se reparaba la mía y siguiendo instrucciones precisas de quien me la dejó, intenté probarla un poco en todos los terrenos para dar una opinión lo más objetiva y completa posible de esta máquina comparativamente a la misma de 26″ que yo poseo.
En referencia a esto, intentaré ser honesto y no dejarme llevar por mi animadversión hacia las máquinas de 29″.
A decir verdad, había leido mucho sobre las bicis de «ruedas grandes» e incluso me habían dejado alguna para rodar unos cientos de metros, pero tengo que reconocer que no es lo mismo realizar una vuelta completa con ella, que es donde te puedes hacer una idea más completa de sus virtudes y defectos.
Para empezar tengo que decir que personalmente veo las 29er FEAS. Son desproporcionadas y tienen unas ruedas enormes para un cuadro pequeño…pero la que yo llevaría, es de lo más bonito que he visto en este tipo de bicis… e incluso se podría catalogar de bonita… (hay uno que ya se relame de gusto…).
Rodando en llano, si que es verdad que aprecias un cambio de postura, pero no sientes esa mejora que inicialmente parece que vas a experimentar por el hecho de llevar esos ruedones.
Lo que si que tengo claro es que si bien en una bici de 26″, el 2×10 se queda corto (desarrollo corto en rectas que limitan tu velocidad tope). en las de 29″ es un conjunto que puede ser muy válido frente al 3×10, ya que el mayor recorrido de las ruedas, compensa la falta de un plato mayor.
Algunos estaréis pensando que para eso también se puede poner un plato mayor en el 2×10 de una 26″, pero sería un error para el mismo tipo de biker, ya que subiendo aparecerían los problemas, cosa que para mi sorpresa, NO ocurrío en la 29″.
Rodando por pista cuesta abajo, fué donde más creía que notaría sus virtudes pero será por pasar de una horquilla SID de 120 mm a una REBA de 90 mm, por el cambio de postura o vete a saber el qué, que no me dió más seguridad que mi actual montura.
A decir sobre esto, que ya desde que toqué la máquina, el tacto de la horquilla delantera me parecío pobre, baratejo y sin recorrido, cosa que tras mi prueba reitero con más convencimiento pero téngase en cuenta lo dicho, ya que yo paso de una horquilla de categoría superior y más recorrido y de ahí que mis sensaciones puedan ser falsas con respecto a este componente.
Sobre la flexión de las ruedas, también me llevé una grata sorpresa, ya que en terreno técnico me dieron mucha seguridad y no apareció en exceso.
En resumen, rodando por pista bien, sin más, bajando por pista un aprobado…
Las ventajas que preveía en la bici se disiparon en el terreno que yo creía propicio para ella con lo que la primera parte de la prueba me decepcionó (cosa de la que casi me alegraba, ya que yo sostenía que una 26″ siempre sería mejor que una 29″ en términos generales).
Cosas, cambios que notas?
En la 26″ parece que vas dentro de la bici, mientras que en la 29″ parece que vas encima de un todoterreno de ruedas grandes, y esa sensación mola.
Los baches se notan menos y si que es cierto que con menor recorrido de suspensión tienes buenas sensaciones (pero los que dicen que con 90 mm es como 120mm en una 26″ deberían de dejar las bebidas de alta graduación alcohólica).
La segunda parte de la prueba era la más divertida, la que más me apetecía y sobre todo donde estaba seguro de saber el resultado: Terreno técnico.
Metido en Barcelosa y dando buena cuenta de las trialeras, no acertaba a saber lo que podía esperar de la bici.
Esperaba un aparato torpe, lento de reacciones, con dificultad para los arranques repentinos…
Y en una cosa estaba acertado. Acelerar esa bici, cuesta más que hacerlo con la 26″… pero una vez has llegado a velocidad crucero…ufff.
Subiendo, sorprende gratamente y es algo que realmente se nota. Tienes más agarre detrás y cuando tus compañeros de ruta con sus 26″ pierden tracción, puedes continuar sin tener que hacer cambios de peso para mejorarla porque en general la bici te permite subir aunque tengas menos técnica.
La dirección es precisa y las mayores inercias, bien aprovechadas (depende del biker hacerlo o no), son una ventaja en terreno técnico.
A decir verdad, la prueba ha trastocado mi percepción de estas bicis (cuidadín que no hablo de máquinas 29″ de 300 euros… sino de toda una epic de carbono… así que nadie crea que esto es extensible a cualquier tractor con manillar).
Donde pensaba que sería su terreno natural y apreciaría las cualidades de la máquuina, me dejó frío, tal vez, no por que no se apreciase «algo», sino porque las diferencias son mínimas.
En cambio, en aquellos lugares donde estaba convencido de que me haría sufrir, fué donde la Epic de 29″ me dió una colleja mental y me sacó de sitios de los que con la 26″ había que luchar más (fué una verdadera gozada rodar por trialeras con este aparato).
La conclusión.
Creo que una 26″ es más versatil, más bonita y es más cómodo rodar con ella (al menos con la mía) y en líneas generales sigo prefiriendo las ruedas tradicionales por la facilidad de movimiento de la bici, la facilidad para levantar la rueda ante ciertos obstáculos (cosa difícil de hacer con la 29″) y porque en pista no hya tantas difeirencias… .
Pero si bien antes pensaba que las 29er, eran una equivocación y una moda de mercado, ahora estoy convencido de que son una alternativa muy válida para mucha gente y en según que condiciones tienen ventajas claras sobre las 26″.
Que me faltó? Una horquilla «a la altura» con un mínimo de 110 mm que completase el conjunto o me permitiese compararla con la mía en igualdad de condiciones, pero por lo demás… la bici va realmente bien.
Si la cambiaría por la mía como algunos me preguntaban?
Claramente NO, ya que entiendo que, en mi caso, por mis condiciones, mi tipo de conducción y gustos, mi Epic Expert EVO de 26″ se adapta mejor a mi forma de entender la bici y parece hecha pensando en mí desde fábrica.
Cual te recomendaría a ti? Pues eso ya no lo tengo tan claro y deberás de probar ambas para poder elegir la correcta…