Crónica: Casi festivo

Por unas cosas y otras, que no vienen al caso… no podíamos realizar ninguna de las dos rutas planificadas para este fin de semana.

Finalmente, salíamos más tarde de lo acostumbrado y la ruta del día tenía que ser corta.

Guillermo, Chelu, Roberto, Diego, Jarauta, Sierra y yo (Iñaki), estábamos puntuales a las 9:30 en el parque, cuando Roberto nos dice que vienen unos amigos: Saso, Roberto Recarte y Daniel.

Salimos tranquilamente por lo que en Murchante se ha conocido, toda la vida, como «las oyazas».

Atravesamos el puente sobre la autopista y relajadamente pasamos junto a «La Estanca».

Continuamos hacia la chatarrería sita frente a la SKF, para desviarnos hacia «la torre» y posteriormente atravesar la carretera de Corella. Empezamos con un camino que poco a poco asciende hacia la estación eléctrica de «La Serna».

Alguno que empieza en esto de la bici, sufre un poco con algunas cuesticas pero, no se rinde a continúa, hacia los molinos.

Siguiendo la fila de molinos de viento, avanzamos para bajar por una cuesta, en mejor estado que tiempo atrás.

Poco después estamos paralelos de nuevo a la Carretera de Corella, para  internarnos en un sendero sin complicación técnica.

Al poco, una zanja abierta, nos hace detenernos y saltar, porteando las bicis al otro lado.

Minutos despues, ya sobre asfalto, encaramos la subida a los que llamamos  «molinos de Corella», donde Chelu calienta al personal y acabamos subiendo a en plan sprinter y bajando piñones mientras nos levantamos del sillón y apretamos dientes.

Ya arriba y una vez reunido el grupo, volvemos a rodar bajo los imponentes molinos.

Impresiona ver uno de ellos, que al parecer, tocado por un rayo, ha terminado con la cabeza reducida a un amasijo de plástico y metal.

Bajamos para llegar a la carretera de Cintruénigo, donde nuestros acompañantes deciden que la vuelta ha sido suficiente y encaran para casa,mientras el resto del grupo, ponemos la vista en la rampa que permite ascender al último bloque de molinos (coloquialmente «los de Cintruénigo»).

Atravesamos el campo de aspas para bajar por una bonita pendiente hasta la parte inferior de la «cuesta del boquerón» y de allí tomar parte del recorrido de la Night & Bike 2013 que NO se pudo hacer por la climatolologìa.

Ascendemos las rampas sitas en esa zona y arriba de la sierra y abandonamos el itinerario de «la nocturna» para enlazar con el camino principal de los royales.

A partir de este punto aceleramos el ritmo, pues viendo que la mañana se termina y no llevamos kilometraje, hay que hacer despertar las piernas al menos un rato.

Giramos a la derecha para entrar en un camino de toboganes (muy bonito y poco transitado), que a buen ritmo disfrutamos.

Enlazando unos caminos con otros, en un continuo peor suave sube y baja, llegamos a la carretera que une Cascante y Fitero (la de los toboganes) a la altura del segundo cruce de la «Night & Bike».

Bajamos por el curso de la prueba hacia el cementerio de Cascante para abandonar la pista hacia las placas solares y posterior entrada en el pueblo por el recorrido oficial de la prueba.

Atravesamos Cascante y pasando bajo la vía verde del Tarazonica, nos internamos en «el saso», para terminar visitando la «Laguna de Lor» en Ablitas.

Abandonamos la zona hacia la carretera «Ablitas-Tudela», pasando junto al campo de aviación militar tras lo cual, volvemos a meternos al Saso y terminar en la estación de tren de Murchante en «el tarazonica».

Ruta corta pero divertida y en buena compañía.

No todos los días se puede entrenar con intensidad pero pese a la suavidad de la ruta y la poca distancia, llegamos al pueblo con buen sabor de boca y pensando en la ruta del fin de semana que viene. 🙂

Crónica de una ruta rara rara rara…

La verdad es que teníamos ganas de ir juntando a l@s Karrikiris tras el verano y por ello pensamos en hacer una salida en la que todos pudiéramos salir a gusto, pero dando por hecho que algunos recortarían unos 20 kilómetros para hacer algo acorde a las posibilidades de cada cual.

El problema apareció en forma de lluvia el viernes (y de que forma, oiga!!), lo que implicaba que la Bardena estaría impracticable y por tanto nuestra ruta se diluía como si de humo se tratase.

Sin tiempo para reorganizar otra cosa, algunos hablábamos por el chat y se quedó en una nueva pero que ya no estaba pensada para todos lo niveles  (gran fallo, que nos pudo mas las ganas de rodar que la de organizar algo para todos, la verdad…).

El domingo salíamos del parque Guillermo, Chelu, Samuel, Roberto, y un servidor (Iñaki) que nos sumábamos a, a los que se nos sumaban.. 🙂  Bauti, Cesar Aguado y Diego en el puente del Ebro.

Salíamos a Sancho Abarca, ruta larga de unos 115 kmts aprox. A las 9:25 estábamos bajo la plana de la negra, cuando a Samuel le suena el teléfono:

-«Soy Jóse, donde estáis que al final he salido y estoy en Fustiñana… por el cementerio…»

-«Bufff, como te explico… Nada, ocntinúa hacia arriba que bajamos a tu encuentro…»

Cuelga.

-«Que Jóse?»

-«El Valenciano.»

-«Ahhh vale, pues nada nada, a por el mozo que no se conoce estos lares…»

Resumiré la bajada diciendo que entre pinchazos paradas y llamadas de unos a otros se nos fué mas de hora y media).

-«Jóse, donde estas??»

-«No se…En unos molinos»

-«En unos molinos???»

Miramos a nuestro alrededor (hasta el horizonte)…

-«Pero si aquí no hay molinos!!!»

El pobre mozo, perdido, encuentra un pastor y le pregunta…

-«Que dice que está en los molinos de Cabanillas!!!»

A todo esto, mientras en medio del camino Samuel pincha la rueda y tenemos que detenernos
parte del grupo a esperar que selle el boquete…

-«Ahhhhhhhhhhhhhhh… osea que se había confundido de pueblo…»

Bajamos a por él  tras varias llamadas más… nos reunimos en la entrada de Fustiñana.

-«Es muy tarde como para ir a Sancho Abarca… vamos a hacer algo por aquí para salvar la mañana»

Por fin, con un viento «in crescendo», decidimos subir hasta la cuesta del hierro, para seguir por los molinos de Cabanillas.

Cuando estamos bajando hacia Tudela, Cesar se detiene en medio de la cuesta mientras Samuel y yo nos lanzamos a todo lo que da la bici (que no es mucho por el viento frontal…).

Ya abajo, al dar un salto, noto que la rueda trasera va baja de presión y tengo que proceder a inflarla un poco.

Aparece Chelu y de repente empieza a bailar como el cantante de «Europe» en «The final Conuntdown» a cabezazo limpio mientras berrea…

Tal alarde de arte y dedicación artística casi nos hace saltar las lágrimas a Samuel y a mi, hasta que…

Resulta que no le ha dado la vena artística sino que; una abeja, dentro del casco, se afana en taladrarle la azotea!!!

Tras el suceso, le examinamos cual familia de macacos desparasitándose mutuamente y diagnosticamos que la abeja ha fallecido. Chelu sigue  vivito y coleando.

Al final bajan, Cesar «and company» que han tenido avería.

La cosa es que viendo que ni elementos ni deidades quieren vernos hoy sobre las monturas, decidimos poner rumbo a casa donde daremos buena cuenta de la comida…(aun sin merecerla del todo  si a merito deportivo se refiere).

Al final Jóse se portó como un campeón y pese a ir un poco perjudicado, llegó con el grupo y una sonrisa en la cara (que no es poco cuando el día se te complica). Esperamos que repitas… pero en esa te guiamos desde casa nosotros, ok? 🙂

P.D: Aun no sabemos qué ni donde ni nada de nada, pero el fin de semana que viene, organizaremos una ruta CORTA (máximo 60kmts), sin tecnicidades y apta para tod@s los miembros del club… a ver si conseguimos poneros cara (que se nos están olvidando las de algun@s) y seguro que lo pasamos bien. Propuestas de ruta? (dejadlas en comentarios…)

Crónica: San Pedro Manrique, pasando por el Tourmalet

Crónica  San Pedro Manrique pasando por el Tourmalet. 21/07/2012

7 de la mañana, salimos con los coches rumbo a Cintruenigo a realizar la ruta de hoy, nos juntamos en mi casa, Cesar Aguado, Diego y yo Bauti y salimos dirección gasolinera de Cintruenigo, allí hemos quedado con Marta Bonilla y Guillermo.
Ya todos reunidos empezamos a rodar, ya les comento si quieren que les haga un resumen de lo que nos espera y rápidamente Marta me dice no, prefiero ir encontrándomelo, pues nada vamos palla, solo sabemos que nos esperan 115 KM con un desnivel positivo de 2.300 mt, casi nada.
Siguiendo el GPS vamos rodando puesto que esta ruta no la conocíamos ninguno,  así que pendientes del aparatito.
Salimos dirección Fitero por distintos caminos que coincidían con la ciclo turista de Cintruenigo que hicimos hace poco, en principio caminos buenos más o menos llanos,( bien bien pa calentar vale), salimos a la carretera de Cintruenigo a Fitero y llegamos a Fitero donde antes de cruzar el rio nos desviamos a la izda. Para al poco volver a tomar camino. Aquí poco a poco empieza a coger cáliz de ruta trepadora y empieza a picar el terreno.  Como vamos frescos y nos es mucha la pendiente seguimos tan contentos  entre huertas y sembrados.
Al poco nos encontramos la primera subida del  día, no era excesivamente exigente pero tiraba y el grupo empezó a alargarse pero sin perdernos de vista prácticamente en todo el recorrido.
Una vez arriba salimos a carretera y al poco de avanzar me doy cuenta de que Guillermo lleva la bolsa de la cámara de la bici abierta, se lo comento y lo primero que dice ”no jodas las llaves del coche”. Mira rápidamente y efectivamente las llaves no estaban, después de registrarse entero retrocede Cesar hasta el camino a ver si las ve y nada, decisión seguir, a saber donde se han caído, a tirar de las de repuesto.
Después del desafortunado incidente seguimos con ritmo medio hasta que llegamos cerca de Cervera y antes de llegar el GPS nos desvía por una veredita por la izda. que es en bajada muy estrecha y con piedra vamos un disfrute, así que tira para abajo.
Por fin llegamos a Cervera cruzamos el pueblo y las fuerzas intactas vamos muy bien.
Seguimos por Cervera y aquí nos desviamos por un cueston (A partir de aquí el que diseño los pueblos no sabía que había calles llanas) y tira para arriba avanzamos unos pocos km. Y empezamos a divisar una rampa de asfalto de unos 3 km con una pendiente que daba miedo (17%) por ahí no será?, mi cara lo dijo todo “no jodas” jajaja venga que somos Karrikiris.
La verdad que la subimos muy bien con los pulsometros revolucionados pero muy bien y prácticamente todos juntos.
Arriba parada de reagrupamiento y foto.
Comenzamos la primera bajada trepidante del día larga y rápida ya empezamos a superar los 40 km/h de largo, una vez abajo paramos a reponer fuerzas y comentar la última ascensión realizada.
En estas comento “ bueno para que toméis las medidas oportunas aquí comienza lo que he denominado el tourmalet (Ojos abiertos mirándome) 15 km de subida continuada.
Ala manos a la obra empieza la subida la verdad muy bien pues el camino tornaba los 4-6% de desnivel con lo que se llevaba muy bien, y ya se oía oye nos habías asustado, pues tampoco es tanto (jijiji) esperar esperar, según avanzábamos la cosa empezaba a animarse hasta que vimos a lo lejos una serie de parques eólicos. Chicos aquí empieza el infierno.
La cosa se puso chunga lo que antes era un 4% de desnivel ha pasado a ser un 12% así que a apretar dientes, la subida era muuuuuy larga y tuvimos que hacer de tripas corazón para subirla, pero las sensaciones en todos eran muy buenas. La verdad es que no se los Km de subida fuerte que hicimos pero se hicieron largos de narices, al final conseguido, estábamos  a pie de los primeros molinos eólicos,” pero si hay mas molinos y están más altos”, pues si y la ruta va para allá, así que otra vez a darle, que bien ya estamos en los molinos de nuevo, mira que repetidor más chulo hay allí, pues si y la ruta sube por ese cortafuegos QUEEE. Venga va al ataqueeee, empezamos a subir pero llego un momento que pie a tierra así (Imposible seguir montado) que empezamos el duatlón (Que afición estamos cogiendo a esta modalidad) a empujar toca.
Por fin arriba, “ pero por donde bajamos?” No hay bajada ah, sí, si te asomas al precipicio el cortafuegos sigue, madre mía a bajar a pie, echamos la foto de rigor y a la bici en mano a bajar.
Al poco dice Guillermo que si podemos bajar en bici, todos “ pero hombre no ves el desnivel que nos vamos a matar” pues yo me monto y para abajo, Cesar dice pues yo también, madre mía pues yo no voy a ser menos ala a montar, Marta y Diego “estáis locos” si,si pero a montar ellos también, así que bajamos en un periquete casi con la rueda trasera frenada completamente todo el camino culeando de un lado a otro pero bajamos.
Nada más bajar pues toca lo suyo volver a subir, otra buena rampita con piedras y esas cosas que nos gustan, esta vez enterita montados, la verdad es que vamos sobrados y no dudas en apretar.
Y otra vez bajada larga y divertida sobre todo porque según mis indicaciones las cuestas duras se acabaron y ya vamos dirección San Pedro Manrique.
Una vez en San Pedro fuimos raudos y veloces a por nuestro merecido almuerzo. En la terraza de un bar de la plaza, unos bocatas, choricito frito de centro y cervezas y Coca-Colas para hidratar. Qué bien se estaba,
Estando sentados aparecieron varios ciclistas de la zona y comentamos con ellos, que habían hecho también la orbea monegros, que si que bicis mas chulas, yo tengo una igual, mejor las de 29 y tal tal.
Después de una hora y media de almuerzo (Se nos fue un poco la mano) vuelta a la carga.
Íbamos todos contentos pues ahora ya era casi todo bajada según el track, pero la sensación era de que no parábamos de subir. “Bauti seguro que era bajada?” espera que miro la grafica, “Oh” malas noticias me lie antes nos queda otra buena subida. Ya empiezan los primeros ataques, no te vamos a hacer caso, me fio mas de Diego que de ti con GPS, será posible por un fallito de nada (Mira que son picotas) jajaja.
Bueno el caso es que otra vez empiezan una serie de rampas de buen calado y no nos queda otra que apretar los dientes (Al final ya verás todos al dentista).
Una vez arriba paramos para reagruparnos un poco porque la verdad prácticamente íbamos todos en grupo, y empieza una bajada muy chula entre pinos y bastante larga, el suelo esta muy bien con piedras pero no están sueltas así que otra vez los cuentakilómetros empiezan a romper records, una vez abajo curva cerrada a la derecha y vuelta a subir (Madre mía no se acaban las cuestas) subimos y otra vez bajada por los pinos al final curva cerrada a la derecha y otra vez subir, volvemos a bajar acaba en curva cerrada a la derecha y vuelta a subir y ya nos miramos “oye es que hemos entrado en un bucle sin salida o algo así?” dice Diego, estamos todo el rato haciendo lo mismo, era increíble cada tramo era una réplica del anterior, en fin al final salimos del bucle y empezamos a pasar por una zona de tipo bosque en la que vemos varios pueblos abandonados. En uno de estos fotito  de rigor y a seguir.
Llegando a uno de estos pueblos el track nos hace cruzarlo para desviarnos a la izda. La verdad es que el pueblo muy chulo calles estrechas y empedradas, nos desviamos y comienza una bajada empinada y empedrada  que nos mete de lleno en un sendero súper estrecho, lleno de espinos, rocas, escalones, troncos cruzados, en definitiva el sueño de cualquier biker, no paramos de subir escalones, bajar por rocas de las de sillín al pecho, la verdad que fue un sendero bastante largo y muy entretenido así como bastante técnico.
No habíamos acabado el sendero y se oye parad. “Que pasa?” Cesar ha roto 4 radios y no puede seguir. Vaya faena, al final decidimos que como estamos cerca de Cornago seguimos nosotros y el andando sale hasta allí y allí nos espera pues nos quedan solo unos 30 km y subiremos con los coches a recogerle.
El sendero se acaba y ya por pista llegamos a Cornago. El calor ya aprieta y las bocas van secas así que decidimos tomar unas coca cola y comentamos las mejores jugadas con los jubilados del pueblo que muy amablemente nos contaron sus hazañas en la vendimia de Murchante allá por los años 60.
Una vez refrigerados emprendemos el fin de nuestra ruta pasando por Igea, Las Casas, Fitero y por fin Cintruenigo (Donde cogimos los coches y volvimos a por Cesar).
En definitiva conclusiones:
–    La ruta más dura del año con diferencia
–    8 horas de puro mountain bike (No cuento tiempos de almuerzo y demás paradas)
–    Ruta con una variedad de escenarios increíbles (Subidas y bajadas de infarto, zonas técnicas entre rocas y senderos, zona de rodar más de 30 km por carretera, paisajes y vistas increíbles, desde secarral, pasando por zonas de huerta y cereal, pinares y bosque bajo)
–    La verdad nos sorprendió ver el buen estado de forma que tenemos
–    Esta ruta tiene que ir al calendario pero hay que programarla para día entero

El repetidor de Sam

Hoy hemos salido a dar una vueltecilla.

Por una vez hemos coincidido con una tarde medio tranquila y hemos terminado de trabajar pronto, por lo que a las 18:30 estábamos rodando.

La ruta de hoy ha sido propuesta por Samuel, lo que irremediablemente tenía que incluir tramos técnicos, trialeras, senderillos…

Salimos de Murchante y tras pasar bajo el puente de la autopista, giramos a la derecha por el primer caino que lleva a Tudela.

Una vez allí, bajamos hasta el puente del Ebro y tras cruzarlo giramos a la derecha bordeando la papelera para ir a terminar cruazando la recta de la carretera que va a Cabanillas.

Tomamos la pista que lleva al hotel «Aire de Bardenas» y tras pasar por encima del vial que une Eroski con la rotonda de la carretera de Egea, volvemos a girar a la derecha para subir a los molinos de Cabanillas.

Ahí hemos dado fé de lo malo que es salir los fines de semana y las fiestas de la juventud (para deportistas de elite…jejeje…como nosotros…) pues entre sobrealiento y sudor (yo creo que hasta olía a cerveza…)  y que la dichosa cuesta no se dejaba…

El pulsómetro no ha reventado porque yo le daba ánimos pero las ha pasado canutas…

«Arriba» ya divisamos el repetidor que esta…SI, mas arriba…

Una pista en estado «decente», nos conduce hasta otra por la que no pasa un vehículo desde la guerra de Cuba y sorteando grietas y rocas vamos llegando a la base del repetidor.

Solamente quedan 200 metros…

-«Poned molinillo», indica Samuel.

Guillermo arrea para arriba y yo le sigo (estos 200 metros, los subimos con…)

MADRE QUE CUESTA!!!!

El pulsometro pidiendo auxilio, y yo hubiese pedido tambien, si mi aliento hubiera dado de si…(bueno estaba yo cvomo para gritar…)

Ya arriba, recuperamos. emos subido como campeones…jijiji

Hoy es mi día de suerte e intercambio mi rígida con la doble suspensión de Samuel.

Bajar con ese aparato es algo suaaaave y que hace que tus riñones no crujan a cada salto y grieta…que gozada.

Bajada técnica y muy bonita hasta Cabanillas y vuelta a una pista que conduce hasta el Bocal.

De allí y tras la última presa descubrimos (Guillermo y yo, porque Samuel conduce) un sendero que nos llevará hasta Tudela.

Por último Tarazonica y a casa.

40 kilómetros asequibles y bonita ruta para hacer entre semana.