Aunque no hace mucho que algunos Karrikiris, habían realizado esta ruta, fuimos otros tantos aquellos que no tuvimos oportunidad de hacerla.
Como este domingo no estaba incluido en el calendario oficial del club, pensamos que pod´ria ser una ruta bonita para despedir el año.
El día amanecía frío y yo con lo bajo de forma que me encontraba tenía un pensamiento recurrente en la mollera:
-«Vuelve a la cama, hombre!!!»
Desoyendo esa vocecilla, y recordando la percepción de los que ya habían realizado la ruta («Es muy bonita pero…dura y muy completa»), me preparo.
Son las 7:50 a.m. y Guillermo y Marta pasan a por mi (Iñaki).
Montamos mi bici en el carro y vamos al parque donde esperan Feliciano, Cesar Aguado, Samuel, Juan Carlos, Diego y Javier Larrad.
Se echaba de menos a alguno que había dicho que vendría… pero no pudo…
Disponemos las monturas sobre el «Karro Karrikiri» y ponemos rumbo a la capital de la garnacha: Borja.
Aun no han dado las 9 de la mañana y empezamos a rodar con un frío de tres pares de narices.
Hubo momentos en que tenía que repasar mentalmente, la geografía de la península ibérica para rechazar la idea, que la temperatura instalaba en mi cerebro: Borja está en Teruel??? (madre que frío!!).
Rápidamente varios del grupo se ponen a tirar (no dejan ni despertarse a uno…), y como la ruta va picando hacia arriba, nos olvidamos del frío y del sueño, para centrarnos en la ruta.
Tras varios kilómetros de pendiente contínua pero suave, giramos en un cruce para empezar con la primer ascenso «serio» del día y que nos eleva hasta la meseta del Buste, pasando por la gravera.
Como siempre se hacen grupos y cada cual tira a su ritmo hasta coronar el ascenso hasta que finalmente todos llegamos arriba.
Pocos metros de camino después, entramos en un sendero, en sentido descendente, que nos deja en otro camino en dirección al santuario de Borja («Ecce Homo´s place»).
En vez de parar a ver la chapu… pintura, continuamos, ascendiendo por un pinar que nos vuelve a dejar en el punto más alto del cabezo en el que nos encontrábamos.
Es momento de parar, disfrutar del paisaje y comer algo.
Repuestas las fuerzas, continuamos por un camino y posterior sendero descendente donde empiezo a animarme.
La bajada está algo rota y tras algún momento de emoción, llegamos a la carretera que conduce desde el santuario al Buste.
La cruzamos y seguimos descendiendo por un sendero con bastante frondosidad, divertido y rápido, si bien tenemos que ir tranquilos, ya que al ir bastante gente, el paso es complicado.
Llegamos a una solana y terminan los senderos para comenzar una parte de caminos, donde rodamos tranquilos.
A estas Samuel indica que hay que girar 90 grados en el próximo cruce y hay que subir piñones porque viene repecho serio.
Tomamos el cruce y conforme hago fuerza en los pedales para dar la primera pedalada escucho: Clich, clonch, Crack!!!
Miro tras de mi y veo a Diego con la cadena partida.
Cual equipo de fórmula uno, varias manos se disponen en rededor de la avería por lo que pocos instantes después y varias manos más negras… tenemos la cadena como nueva.
Dado el estado de las manos de alguno, aparecen nuevas formas de limpieza… como la patentada por Juan Carlos, consistente en destrozar una mata de tomillo entre las manos y que permite quitar el color negro de la grasa para instaurar un precioso color verdoso en las palmas de las manos acompañado de una fragancia campestre, que ríete de la casa de la pradera.
Llegados arriba del repecho, la ruta baja de nuevo para situarnos cerca de la cara más oriental de la meseta.
Rodando tranquilos, vamos Samuel y yo en paralelo. Con el rabillo del ojo, veo una silueta que se va a colocar entre nosotros cuando escucho:
-«raaaaaaaaaaaassssssss»
Caída de un karrikiri sin consecuencias aparentes.
Poco después y tras varios amagos más de caída por parte de otros, nos situamos en el camino principal.
Frente a nosotros, la subida del día: El avión.
Es una subida que bastantes de nosotros conocemos bien. Rodeada de pinos, no es extrema pero si contínua y larga, por lo que agachamos la cabeza y vamos ganando metros a la pendiente.
Ya arriba rodamos en busca de la bajada sita en la otra cara de la elevación.
Cubierta de hierva y hielo, la bajada consiste en un sendero que nos deja en el pueblo del Buste. Bajada emocionante y muy bonita.
Continuamos por una camino de toboganes que lleva a la que llamamos cuesta de los pinos, pero justo cuando vamos a descender por ella, la ruta se desvía a la derecha para bajar por una zona más abrupta.
La bajada es peligrosilla pero muy bonita.
Ya abajo, rodamos por pista en llano cuando de repente y sin saber la razón… «un caballo» se desboca al grito de su jinete («JIAAAAA!!!!!!!») saliendo a mil por hora camino adelante…
…Unos doscientos metros después el jamelgo, sufre de calambres en el «muslamen» y hay que detener la caravana para que se recupere (no sin mirar a los lados no sea que los indios fueran la causa de semejante espantada…y nos pillen aquí desprevenidos…).
Continuamos por caminos estrechos en dirección a Borja, disfrutando de la última parte de la ruta y por fín entramos en el pueblo, cuando… falta uno de nosotros!!!
Nos detenemos y al poco vemos al fondo que se aproxima.
La falta de avituallamiento le ha jugado una mala pasada, pero por suerte estamos en el final de la etapa.
Una ruta preciosa, muy completa. Para Repetir!!!
P.D: Feliz año 2013 y esperamos compartir ruta el nuevo año que entra.